Joan Aguilera se enfrenta hoy a Higueras en Roma

Joan Aguilera se ha colocado en el décimo puesto de la clasificación del Grand Prix y en el decimoséptimo de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) tras su victoria el pasado domingo en el torneo de Hamburgo. Aguilera estaba situado en el puesto 36 de la ATP antes de su triunfo en Alemania, pero, al ser un torneo de Superseries -inmediatamente después en importancia de los cuatro del Grand Slam-, ha avanzado de forma importante. Lo difícil ahora será mantenerse en ese puesto de privilegio. Hoy, en el Foro Itálico de Roma, se enfrenta a Higueras en su primer partido de los Internacionales de Italia.

Aguilera comenzó la temporada con ilusión. Los hombres que confían en él, y, sobre todo, su entrenador Lluís Bruguera, esperaban que toda su calidad tenística estallase en cualquier momento. Su preparación fue más seria que nunca. Aguilera había acabado el año 1983 con un triunfo esperanzador ante José Higueras y el italiano Corrado Barazzutti en el torneo Godó de Barcelona, pero también con una derrota decepcionante ante el júnior Emilio Sánchez en la final del Campeonato de España. Aguilera y Bruguera decidieron arriesgarse e iniciar el año 1984 con los torneos de pista rápida.A primera vista, el año comenzó mal para Aguilera. Mientras su compañero de equipo, Fernando Luna, cosechaba triunfos en torneos africanos, Aguilera perdía, y muy pronto, en la pista rápida europea. Pero aquellas derrotas y el entrenamiento en pista rápida le sirvieron para mejorar enormemente su primer servicio y su volea. Los beneficios de esa etapa gris llegaron enseguida.

Ganar en un torneo como Aix-en-Provence, con 75.000 dólares en premios (unos 12 millones de pesetas), puede estar permitido a cualquier jugador que tenga una buena semana. De hecho, Sergio Casal, compañero de quinta de Aguilera, llego hace dos años a la final, perdiendo ante Mats Wilander. Pero la diferencia entre uno y otro es que Aguilera mantuvo su ritmo e incluso mejoró. Ganó en confianza tras derrotar al argentino Clerc en Aix-en-Provence. Ya había demostrado que podía vencer a los consagrados. En Hamburgo, en un torneo de Superseries, con 250.000 dólares en premios (casi 40 millones de pesetas), las bromas ya no se permiten, y Aguilera tuvo que ganarse él triunfo golpe a golpe ante consagrados como Gunthardt, Noah, Vilas y Sundstrom.

Ahora, Aguilera se ha aupado al puesto 17 de la ATP, una clasificación estricta realizada por computadora por el sindicato de jugadores. Llegar ahí no se consigue en una sola semana. Aguilera era el 227 en 1982 y 64 en 1983 y ahora 17. Es un puesto comprometido y difícil de defender. Tras los monstruos -McEnroe, Lendl, Connors, Wilander- hay una larga lista de unos 25 jugadores que oscilan en los puestos siguientes según sus resultados. La ATP premia la regularidad, y por eso el español José Higueras mantiene su octavo puesto, pese a su bajo rendimiento este año.

En el Grand Prix, Aguilera está situado en décima posición con 378 puntos. Delante suyo están Connors, Lendl, McEnroe, Sundstrom, Smid, Wilander, Noah, Edberg y Arias. Esta clasificación está limitada a los meses de 1984, a diferencia de la ATP, que se mide según los resultados de los 12 últimos meses. Si ahora terminase la temporada, Aguilera estaría entre los 12 jugadores que disputarían el Masters. Pero su campaña, que se puede mantener en verano con los torneos de tierra batida en Estados Unidos, y en otoño, con el fin de temporada europeo, sufrirá un bajón por el mes de julio, cuando se disputen los torneos de hierba.

"No vamos a participar", comentó Lluís Bruguera a EL PAÍS. "Los periodistas ingleses nos han preguntado si estaríamos en Wimbledon, y yo les he respondido que no iríamos, porque es un sitio demasiado importante como para acudir sin una preparación adecuada".