Miquel Roca y la economía sumergida

En un reciente debate sobre economía protagonizado por los señores Armet y Roca Junyent, este último dijo de la economía sumergida que "en la práctica amortigua la conflictividad; de no haberla, asistiríamos a una situación de subversión social". Quisiera suponer que esas palabras de Roca fueron producto de unos instantes de irreflexión. Me es difícil creer que nuestro eminente parlamentario cometiera conscientemente un desliz de este calibre, fomentando con su elogio la indisciplina social. Me atrevo a interpretar que, arrastrado por una rauxa de electoralismo, desertó de los principios de la ética política para conseguir, con la adulación justificadora, los votos y apoyo de quienes, realmente, son auténticos subvertidores sociales.No midió tampoco el señor Roca las consecuencias que sus palabras puedan tener para Cataluña. Aparte de la pérdida de crédito que éstas suponen, ¿con qué autoridad podremos negociar nuestra participación en los presupuestos estatales si, como ahora; desde la representación de nuestros gobernantes autonómicos se fomenta la defraudación al erario público? Por otra parte, tampoco es cierto que la economía sumergida sea beneficiosa para el sector laboral; antes al contrario, sitúa a los asalariados en una posición de arbitrariedad, debilitando la defensa y disfrute de sus derechos. Además, ¿ha tenido en cuenta Roca el número de trabajadores subsidiarios que prestan sus servicios en la incontrolada economía sumergida, ocupando puestos que debieran destinarse a ciudadanos, no subvencionados o al primer empleo? ¿Tiene en cuenta Roca las graves estrecheces económicas que sufren aquellos subvencionados o pensionistas procedentes de estas economías donde, por no declararles la totalidad de sus sueldos, perciben en la actualidad ingresos muy reducidos? /

ex alcalde de Santa Maria de Palautordera,