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Un grupo de policías municipales golpea públicamente a dos vendedores de fruta

Amelia Castilla

Juan Carlos Sanz Gimeno, de 26 años, y su madre, Valeria Gimeno, de 51, propietarios de la frutería Guadarrama 2, situada en la calle del mismo nombre, en el distrito de Latina, fueron golpeados públicamente el pasado miércoles por miembros de la Policía Municipal que se personaron en el establecimiento citado con objeto de retirar la mercancía que éstos exhibían en la calle. Ambos han presentado una denuncia en la comisaría de los Cármenes contra los agentes por malos tratos, así como por daños y perjuicios, que han evaluado en 35.000 pesetas.Juan Carlos Sanz acababa de colocar en la puerta de su establecimiento algunas cajas con las primeras frutas veraniegas. "Serían las 10.30 horas cuando llegaron los policías municipales con la intención de llevarse el género", afirma Valeria. "Les pedí por favor que no se llevaran la fruta, y que si habíamos cometido algún delito que nos multaran. Por respuesta recibí un empujón". Juan Carlos, su hijo, que se encontraba dentro de la tienda, salió, según manifestó, para ver qué pasaba y pidió a los agentes que no tocaran ni a su madre ni a las cajas.

Los policías municipales, que habían llegado en varios coches, tenían la circulación detenida, puesto que en la calle, que no es muy ancha, se encontraba estacionado un camión, según afirmó la propietaria de la droguería situada al lado del establecimiento citado. "Vi cómo entre cinco agentes, al menos, golpeaban brutalmente al muchacho. Le pisaron la cabeza cuando se encontraba en el suelo y le daban patadas en todas partes''.

"Algunas personas", añadió, "intentamos mediar para evitar que le siguieran golpeando, pero fuimos rechazados violentamente por los agentes. Cuando acabaron, lo cogieron como a un fardo y lo lanzaron dentro de una furgoneta donde luego introdujeron las cajas con la fruta, y se lo llevaron".

La agresión al joven, que es conceptuado por sus vecinos como un muchacho serio y trabajador, fue presenciada por numerosas personas, que han firmado una carta en la que relatan los hechos denunciados. Juan Carlos fue trasladado por los policías a la casa de socorro situada en el paseo de Extremadura. Posteriormente lo llevaron a la comisaría de los Cármenes, donde permaneció en un calabozo hasta las 20.00 horas.

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