Fuerte polémica en torno al acuerdo sobre los proyectos técnicos para remodelar el futuro complejo ferroviario de Atocha

La selección de las directrices sobre las que se redactará el proyecto definitivo de la futura estación de Atocha, cuya remodelación permitirá la desaparición del scalextric, ha levantado una polémica que se hará más virulenta cuando, dentro de unos días, sean expuestos en el Cuartel de Conde Duque los proyectos y maquetas solicitados a cinco equipos de arquitectos e ingenieros. La decisión de la comisión de seguimiento de hacer un cóctel con ideas de varios proyectos en vez de elegir uno determinado ha comenzado ya a ser criticada por alguno de los miembros de la propia comisión. A ello se une la preocupación de otros sectores ante el encargo a una comisión de técnicos pertenecientes al Ministerio de Transportes, Renfe y ayuntamiento del desarrollo del proyecto definitivo de la que se considera la actuación urbanística más importante de los últimos años.

La operación Atocha fue, junto al canal de regatas olímpicas, el proyecto que más llamó la atención de los asistentes a la exposición del Plan General de Ordenación Urbana celebrada en junio de 1983 en el Cuartel de Conde Duque. Niños y adultos se detuvieron ante la maqueta de la zona, en la que lo primero que saltaba a la vista era precisamente lo que no había: el scalextric.Líneas de arbolitos, espacios abiertos en torno a la marquesina de la estación, una larga pasarela que cruzaba a media altura la parte trasera de la marquesina, una batería de andenes de largo recorrido cubierta y un estacionamiento de automóviles sobre la nueva estación de cercanías eran algunas de las propuestas presentadas por el equipo formado por los arquitectos Eduardo Mangada, José Antonio Ridruejo y Rafael Moneo. El encargo hecho por la Oficina del Plan recogía la reforma ferroviaria y una estructura básica de la estación y de su entorno.

Pero la propuesta fue considerada incompleta. "Desde el punto de vista funcional y ferroviario, el proyecto era y es bueno. Pero, en mi opinión, se habían mirado poco los aspectos arquitectónicos, por lo que no se podía realizar corno estaba", manifestó Antonio Alcaide, director general de Infraestructura del Transporte. La Oficina del Plan pidió nuevas ideas, entre otros, a Fernández Troyano y José Antonio Ridruejo. A pesar de la prisa mostrada por el Ministerio de Transportes por comenzar las obras de Atocha, el tratamiento del complejo" ferroviario seguía sin determinarse. A finales del pasado mes de diciembre la Dirección General de Infraestructura del Transporte encargaba a Ridruejo un nuevo proyecto.

Por fin, una comisión ayuntamiento-comunidad-ministerio de Transportes-Renfe encargó tres proyectos, aparte del ya solicitado a Ridruejo, como fórmula para salir de la paralización. Las ideas aportadas pasaban a ser de la Administración, y el pago por el trabajo realizado era de tres millones de pesetas por equipo.

La comisión inició en marzo el estudio de las cinco propuestas recibidas, pues el equipo de Fernández Troyano y Rafael Moneo se había separado. El estudio de estas dos propuestas, junto a las de Ridruejo, José Antonio Fernández Ordóñez, y Corrales, fue objeto de una decena de reuniones maratonianas por parte de la comisión formada por Jesús Espelosín, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid; Apolinar Rodríguez, director general adjunto de planificación de Renfe; Antonio Alcaide, director general de Infraestructura del Transporte del ministerio, y César Cimadevilla y Eduardo Mangada, consejeros, respectivamente, de Obras Públicas y Urbanismo de la comunidad.

Según las versiones recogidas, la pugna surgió entre los partidarios de elegir un trabajo único y los que defendían la necesidad de tomar las mejores ideas de cada uno. Las discusiones en torno a los proyectos de los equipos de Moneo y Fernández Ordóñez ocuparon las últimas sesiones. Al final se acordó redactar un escrito en el que se hicieron consideraciones tales como que la decisión se había tomado "con independencia de las valoraciones personales de sus miembros".

Malestar

El acuerdo de realizar un cóctel de ideas ha molestado a los miembros de algún equipo participante. "La decisión ha motivado nuestra inquietud como ciudadanos y nuestra frustración como profesionales", manifestó Estanislao Pérez Pita, miembro y portavoz del equipo de Fernández Ordóñez. "Un proyecto de esta envergadura tiene que tener un garante, o corre el riesgo de ser un híbrido", dijo Pérez Pita, para quien la mayoría de las directrices recogidas por la comisión corresponden al proyecto de su grupo. Esta opinión es compartida por miembros de la comisión, como Alcaide o Apolinar Rodríguez.Para Antonio Alcaide, esta polémica tiene unas claras motivaciones. "El ministerio no va a convertir la operación Atocha en una jugada económica o de prestigio para nadie. Solicitaremos el asesoramiento que haga falta, pero no vamos a pagar 200 millones de pesetas a uno de los autores para que dirija el proyecto que puede hacer la Administración", manifestó Alcaide.

Si para Pérez Pita el proyecto ganador es el de su grupo, para Mangada es el de Moneo. "Me hago solidario con los criterios de la comisión, pero personalmente entiendo que la solución de Moneo es la mejor. Lo digo pensando que el gran premiado debe ser Madrid".