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Iberduero superará el límite gubernamental del 8% en el dividendo eléctrico por entender que su situación financiera es sólida

La compañía eléctrica Iberduero repartirá un 8,5% de dividendo neto sobre el nominal de sus accciones -es decir, medio punto por encima del límite recomendado por el Gobierno para el sector- por entender que su anunciado esfuerzo de saneamiento del pasado año ha dado sus frutos y dispone ahora de "una situación financiera sólida", según anunció su presidente, Manuel Gómez de Pablo, en una reunión informativa previa a la junta general de accionistas, que se celebró ayer en Bilbao. Por otro lado, fuentes de la compañía aseguran que Iberduero no pagará más de 120.000 pesetas por cada kilovatio de potencia de las instalaciones productoras que se vea forzada a adquirir dentro del proceso de saneamiento del sector eléctrico.Gómez de Pablo aseguró que la compañía, que obtuvo un beneficio neto total de 14.277 millones de pesetas en el pasado ejercicio, cumple uno de los dos requisitos establecidos por la orden ministerial de Industria publicada el pasado sábado en el BOE, que le posibilita saltarse el limite del 8,5% de dividendo neto en la distribución de beneficios a los accionistas y, al mismo tiempo, autogestionar el 2,8% de las ventas totales de la compañía que, según el Boletín Oficial del Estado, tiene que dedicar a saneamiento.

Pero Gómez de Pablo no ofreció demasiados detalles de cómo Iberduero cumple ese primer requisito, que establece que la inversión neta en el ejercicio debe superar el endeudamiento neto en el mismo período. Tan sólo dijo que las inversiones netas eran del orden de los 15.000 millones, mientras que el endeudamiento neto en 1983 fue inferior en unos 300 millones de pesetas. Iberduero continúa considerando la central nuclear de Lemóniz como obra en curso, figurando por tanto en su activo, y en el ejercicio de 1983 incluso ha activado también, dentro del capítulo de Lemóniz, la totalidad del quebranto por diferencia de cambio en sus operaciones de endeudamiento en moneda extranjera para financiar esta instalación.

De esta manera, Iberduero interpreta que la inversión real en Lemóniz, cuyos dos grupos se han visto afectados por la moratoria nuclear, asciende a 317.635 millones de pesetas, cifra que supera en un 30% las cifras que se barajaban hace unos meses, tanto en el sector como dentro de la compañía, como la inversión total realizada en la construcción de la accidentada central. La compañía con base en Bilbao presentó su memoria, como es habitual, auditada por Arthur Andersen, asegurando los directivos de la compañía que estos ajustes contables fueron aceptados por la mencionada empresa de auditorías.

Comprar frente a compensar

Tanto en su discurso a los accionistas, como en comentarios en la reunión con la Prensa, el presidente de Iberduero hizo un análisis de las últimas medidas decididas por el Gobierno dentro del proceso de reordenación del sector eléctrico. Sus comentarios fueron, en general, elogiosos, con la excepción única de las soluciones alternativas que se negocian estos días entre compañías y el Ministerio de Industria sobre la prevista modificación del sistema vigente de compensaciones intersociedades. Aquí Gómez de Pablo fue particularmente duro y constató que Iberduero prefería "comprar (activos) que compensar" por los costes incurridos en su construcción, si se partía de la base de que había que introducir los costes fijos (de construcción de instalaciones de producción) dentro de los baremos sobre los que se basarán los pagos por energía eléctrica que se venden unas sociedades a otras.El presidente de la compañía expuso sus propias ideas sobre las presentes negociaciones y dijo que las compensaciones deben basarse en los siguientes. principios: primero, deben ser decrecientes; segundo, no deben incluir la totalidad de los costes; tercero, no deben comprometer la rentabilidad de las inversiones realizadas en el pasado, y cuarto, deben servir para resolver problemas marginales de las empresas compensadas sin repercutir sobre la situación financiera de las compañías que compensan.

Gómez de Pablo mostró domo alternativa a las compensaciones totales la compra de activos, como un sistema posible de equilibrar el sector y las diferentes-compañías. No obstante, los comentarios ofrecidos por fuentes solventes de la compañía en tomo al valor de esos activos pueden restringir en gran medida esta posibilidad, ya que, según los informantes, Iberduero no estaría dispuesto a pagar más d 120.000 pesetas por kilovatio de potencia instalada. Es decir, que en opinión de la compañía, una central térmica de carbón de unos 500 megavatios de potencia no superaría un valor de 60.000 millones de pesetas.

El presidente de Iberduero fue parco a la hora de identificar qué activos pueden interesar a una compañía como la vasca. Dijo, sin embargo, que las instalaciones deberían estar en la zona geográfica donde se encuentra su mercado. En fuentes fidedignas se afirma que, respecto a instalaciones nucleares, el interés se centra en Almaraz (donde existe, sin embargo, la oposición de una de las empresas que participan) o bien en Trillo I. En el frente térmico, el activo más interesante es la central de La Robla.

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