Howard Clark aseguró ayer su liderato en el Open de Madrid
El inglés Howard Clark, que consolidó ayer su primera posición en el Open de Madrid, no quiere dar lugar a la sorpresa. Clark está dispuesto a conquistar por segunda vez el torneo que se disputa en el Real Club de Puerta de Hierro, en Madrid. En la tercera jornada del torneo todo el mundo esperaba y deseaba la reacción de los jugadores españoles y el fallo del líder. Pero Clark parece que se siente más seguro en el campo a medida que avanza la competición. Ayer no cometió ni un error. Hizo tres birdies y en el resto de los hoyos aseguró el par del campo y acabó sumando 213 golpes, 13 bajo par.
José Maria Cañizares apretó en la jornada de ayer por momentos el acelerador. José Dávila, que había salido en el grupo de los que estaban por debajo del par, finalizó con 216 golpes. Manolo Ballesteros, como queriendo indicar que la saga de la familia no muere en Severiano, sorprendió con un 67, que le sitúa entre los primeros. Severiano, un golpe arriba, otro abajo bajó un golpe más de los que sumó al final de la segunda jornada. Pero el que mejoró todas las actuaciones de los españoles y la suya en particular fue José Rivero, con 208 golpes que le clasifican en el tercer puesto del Open de Madrid que finaliza hoy."El peor rival que tengo soy yo mismo", dijo Howard Clark al final de la jornada. El jugador inglés cumplió el recorrido en 69 golpes, uno más que el día anterior y tres más que en el primer día. "Cada vez es más dificil hacer birdies", respondió Clark a la pregunta de si había jugado conservadoramente. Esa fue la impresión que dio Clark en los 18 hoyos de ayer. Jugaba para amarrar el par y parecía que daba por suficiente su ventaja. Sin embargo, Clark tuvo suerte. Su rivales más fuertes apenas pudieron reducir distancias. Su compatriota Paul Hoad finalizó con 71 golpes y sumó un total de 207 Ayer, antes de salir, Hoad se encontraba a dos golpes. Hoy, saldrá a cuatro de Clark.
Y en ese grupo de cabeza, un español, pero no el que todos esperaban. José Rivero, 28 años, se colocó en el tercer puesto, con una tarjeta de 68 golpes y un total de 208
Con la asistencia de un mayor número de espectadores, la tercera jornada adquirió mayor ernoción. Los aficionados esperaban ilusionados un día más la reacción de Severiano Ballesteros, pero éste no tiene confianza en sí mismo. Cuando no manda la bola a los árboles, falla en el green. "Esto es difícil, muy difícil", dice Severiano siempre que se le pregunta por su mal momento. Ayer, sin embargo, Severiano entregó su mejor tarjeta del torneo (70).
Pero si Severiano no anda bien, quien sacó ayer toda la genialidad de los Ballesteros, fue Manolo, el hermano mayor, que a sus 35 años y después de 17 años de profesional, ya está cansado de jugar al golf. Manolo, que ya no sigue el circuito europeo como antes, entregó la segunda mejor tarjeta del día (67) y sumó un total de 210 golpes que le iguala en el sexto puesto de la clasificación con otros cuatro jugadores. El mejor recorrido del día y del torneo lo hizo el irlandés Philp Walton, que hizo el recorrido en 65 golpes con 6 birdies, un eagle y un bogey. Walton, 22 años, tiene un año de ser profesional y accedió al Open de Madrid tras pasar las preclasificaciones celebradas el lunes; se encuentra en el puesto 11 con 211 golpes.
Cañizares puso la ilusión en los aficionados cuando en los hoyos 6, 7 y 8 consiguió tres birdies consecutivos. Sin embargo, esa buena racha no la pudo mantener en la segunda vuelta en la que si cometió un bogey en el hoyo 14. Al final, acabó con 70 golpes y se encuentra en el quinto puesto con 209 golpes, a 6 del líder. Antonio Garrido tiene un total de 214 golpes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.