El fundador del 'holding' expropiado por el Gobierno se recupera de una fuerte depresión

José María Ruiz-Mateos se ha recuperado en Londres de la fuerte tensión psíquica que siguió a la mayor depresión sufrida por él desde la expropiación del holding, el 23 de febrero de 1983. José María Ruiz-Mateos fue encontrado por su esposa y sobrina en Florida bajo el efecto de una fuerte depresión, en malas condiciones físicas y psíquicas y con notables señales externas de desaliño, abandono y decaimiento personal. Teresa Rivero -más preocupada siempre por la salud de su marido e hijos que por la de Rumasa- consideró entonces que su esposo debía guardar reposo en una clínica de recuperación posdepresiva.Ninguna de las fuentes habitualmente fidedignas ha querido emplear el nombre de clínica psiquiátrica para calificar el lugar donde el ex presidente de Rumasa ha reposado durante casi dos semanas bajo cuidados médicos en Estados Unidos.

-En estos momentos, tras conocer su expulsión de Londres y renunciar a recurrir judicialmente contra ella, José María RuizMateos -en un estado de ánimo calificado como "desesperado, destrozado y hundido"- ha llegado a comentar a su abogado español, Crispín de Vicente, su deseo de regresar a España "pase lo que pase". Crispín de Vicente ha señalado que su cliente ha recuperdo su ánimo y alegría habituales y ha confirmado que Ruiz-Mateos le pidió consejo sobre su posible vuelta a España y le prometió que no volvería a hablar más de la suspendida conferencia de prensa que anunció para el 23 de febrero pasado.

En estos mornentos, se encuentra el Londres junto a Ruiz-Mateos el hijo de Crispín de Vicente, José Luis de Vicente- Retortillo, que parece haber aconsejado al ex presidente de Rumasa que abandone Londres hoy mismo o mañana, antes de que acabe el plazo legal, sin recurrir ante el Atlo Tribunal de Londres, que se ajuste al derecho británico y que solicite el nuevo permiso de residencia dentro de 15 o 20 días dentro de la mayor normalidad. Crispín de Vicente cree que, de momento, su cliente no volverá a España ni se retractará de sus recientes acusaciones contra la Corona, pero que, sin embargo, ha comprendido que sus abogados y amigos tenían razón cuando le aconsejaron no hacer más declaraciones a la Prensa.