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Galo Leoz

105 años al servicio de la medicina

El día 22 cumplirá 105 años. Se conserva "desgraciadamente muy bien, porque si estuviera un poco tonto sería más feliz". Podría sobrecoger su frase "tengo deseos de morir" si no fuera porque la explica con la lucidez que ha presidido su carrera científica: "Me doy cuenta de que mi vida utilitaria se ha terminado. No puedo tolerar lo desarmónico ni acepto tranquilo la injusticia de mi senectud frente a los que se mueren a los 50 años cargados de obligaciones, que se quedan huérfanas de su asistencia". Estas obligaciones podrían ser, entre otras, los cuatro nietos que le quedaron de su hijo Rafael Leoz, arquitecto y urbanista, inventor del Módulo Ele, propuesto para el Nobel, que falleció en Madrid en 1976.

Galo Leoz, oftalmólogo, discípulo y estrecho colaborador de Cajal, quien le encargó la continuación de alguno de sus estudios "y la iniciación de investigaciones biológicas muy difíciles", ha estado pasando consulta diaria hasta hace poco más de dos años y todavía recibe pacientes en su domicilio madrileño. Nació en Alcañiz (Teruel), en una época en la que "había cambiado el imperio de los señoríos, pero apareció otro mucho más funesto, el de los señoritos -ponga usted esto, que tiene dinamita", dice encantado del hallazgo de su fraseAunque dice que le falla la memoria en nombres y fechas -"mire que tiene bemoles que se me olviden"- habla de su vida y de su carrera con gran nitidez, y recuerda aún a aquella primera novia "montada en el aire, casi de broma, porque era la amiga íntima de mi hermana, y era muy bonita", que tuvo en Alcañiz y se llamaba Almudena. Novias ha tenido muchas. "Yo era víctima de mi amor por las chicas, todo lo contrario a un don Juan Tenorio". Con ellas, "el entretenimiento era la cachupinada (bailar el cachupín), merendar y bailar, porque yo bailaba bien". Y que conste que "allí no se hacía nada sucio, aquello tenía la candidez de la inocencia, aunque alguna vez surgiera algún mal pensamiento, porque no se le van a poner puertas al campo".

¡Qué tiempos aquéllos! Ahora los malos pensamientos son un juego de niños. "La juventud no se entretiene, es una bazofia, porque no tiene constancia y vive sin dejar más que lo que se encuentra al pasar, lo cual en sí no es reprobable, sino hijo de las circunstancias. No es que la mujer y el hombre sean más libertinos; en realidad lo son, pero a pesar de ellos, sin que lleguen a un verdadero libertinaje". ¿Y qué decir de la música moderna? Pues que "es una catástrofe verdadera, aunque la música pop a veces me entretiene, porque me atonta".

Él Galo Leoz, es un amante de la música clásica, especialmente la barroca, y un adorador de la ópera. Su larga y despierta vida está, en parte, marcada por el recuerdo de sus muertos: Su padre, fallecido a raíz de realizar una autopsia en una habitación sin ventilación suficiente; su madre, a la que realizó la primera operación de cataratas in toto que se hizo en España, "el gran amor de mi vida, con la que no me acuesto un solo día sin hablar" y a la que sigue dedicando parte de los sonetos que aún escribe por las noches; sus amigos y compañeros de ópera, "los doctores Jorge Francisco Tello y Luis Rodríguez Ylleras, inseparables aún después de la muerte"; su primera niña, Isabel, fallecida muy pronto, a los 3 o 4 años; su hijo Rafael, en fin, al que le recuerda por las noches que debió cuidarse más.

Galo Leoz, "un republicano que está enamorado de sus Reyes", como les dijo a éstos tras un homenaje a Zubiri, -el hombre al que más admiró, junto con Cajal-, ha conocido Gobiernos desde la reina Cristina y fue el oculista de la familia Maura. Todos los días, mientras da su paseo solitario de media hora, aquejado de una leve sordera y detrás de sus gafas -a él le extrajo las cataratas su hijo Gustavo-, piensa en el siguiente congreso al que asistirá -sigue hablando en todos ellos, para delicia de los asistentes- y reflexiona sobre las locuras de este mundo de hoy, con ese "espíritu cerril que provoca esos entusiasmos por dar una patada más o menos científica a una pelota". Es su forma de definir el fútbol.

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