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La Policía Nacional emplea botes de humo para desalojar de viviendas del MOPU a tres familias, que suman 14 hijos

La Policía Nacional ejecutó ayer, a instancias del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), el desalojo de tres familias, con 14 hijos entre todas ellas, que habían ocupado ilegalmente otros tantos pisos de promoción pública en el barrio madrileño de Vallecas. Los agentes, que usaron botes de humo para hacer salir de las viviendas a dos de las familias, actuaron con singular contundencia contra los ocupantes y los estupefactos vecinos, y crearon escenas de pánico.

Tres familias que habían ocupado ilegalmente otros tantos pisos de promoción pública en la calle de Rafael Fernández Hijicos, números 36 y 37, en la zona de Palomeras, del barrio madrileño de Vallecas, fueron desalojadas ayer de las viviendas, propiedad del MOPU, por policías nacionales y municipales. Las tres familias residían en los inmuebles del MOPU desde hace un mes, aproximadamente, después de haber abandonado chabolas o casas bajas y haber ocupado los pisos, que estaban vacíos.El primer desalojo se produjo a media mañana, en el número 36 de la calle, y afectó a la familia de María Jiménez Casanova, de 44 años de edad, que trabaja por horas como empleada del hogar, soltera y madre de cuatro hijos, de 18, 14, 11 y 7 años de edad, respectivamente. La hija mayor, María del Mar, está embarazada de tres meses.

La operación policial provocó escenas de desesperación. "¿Qué quieren que hagamos? Hemos pedido mil veces una vivienda y no nos la dan", exclamaba la muchacha. "¿Quieren que mis hermanos y yo sigamos en la calle? Estoy en el peor momento del embarazo y me van a hacer abortar". La hija pequeña "fue obligada por la policía a salir medio desnuda de la vivienda", según aseguró su madre.

El segundo desalojo se produjo a las 15.00 horas, en el número 37 de la misma calle. En el piso 52 se había instalado la familia de Ángel Manuel Vázquez Cenalmor, de 33 años de edad, de profesión pintor, en situación de desempleo, y su esposa, Ana María Ruiz García, de 29 años de edad. La pareja tiene cinco hijos, de 14, 12, 11, 10 y 6 años de edad, respectivamente. En el piso 82, letra B del mismo portal, residían hasta ayer Miguel Angel Romero Martínez, de 30 años de edad, albañil, también en paro; su esposa, Pilar Miranda, de 32 años, y los cinco hijos del matrimonio. Los tres mayores tienen 11, 8 y 5 años de edad, otro niño nació hace un año y medio y el último, hace ocho meses.

La Policía Nacional obligó a abandonar los dos pisos a sus ocupantes mediante el lanzamiento de botes de humo. En la operación quedaron rotos los cristales de algunas ventanas. Alguna vecina protestó porque le habían quemado los visillos. Al salir de los pisos, los niños tosían a causa del humo y llevaban el miedo reflejado en el rostro.

Miguel Angel Romero está en posesión de un certificado del Laboratorio Municpal de Higiene, del 20 de marzo, en el que se hacen constar las condiciones de inhabitabilidad de la vivienda donde se hacinaban anteriormente el matrimonio y sus cinco hijos, en la calle de Monte Oliveti, número 45. La casa tenía 19 metros cuadrados repartidos en dos dormitorios, cocina y comedor, y un retrete compartido con otras siete familias.

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