La reivincación de un canal autonómico de televisión, una bandera tardía de Convergència i Unió
La creación del tercer canal autonómico de televisión, TV-3, ha sido una de las banderas políticas más claramente enarboladas en los últimos dos años por el Gobierno de la Generalitat. Sin embargo, la insistencia sobre el tema ha sido un tanto tardía ya que apenas figuraba en el programa electoral de 1980. Al margen de que el pasado de Jordi Pujol en el sector de la comunicación no le permitía contar con excesivas personas de confianza para elaborar su política, en el caso de la televisión algunos cargos de la Generalitat aseguran que hubo un pacto con UCD según el cual, a cambio de un Miramar servicial, la Generalitat no plantearía con urgencia el tema del tercer canal. En Prensa, las ayudas objetivas a las publicaciones comarcales se contraponen a la política de apoyo o castigo a los medios de mayor difusión en función de su línea política. En radio, tras concesiones discrecionales de licencias, la Generalitat ha creado sus propias emisoras institucionales. Cuatro años de política comunicacional de la Generalitat
En el boletín oficial que reseña la acción de Gobierno de la Generalitat entre mayo y diciembre de 1980, cuando se hacía referencia a la política televisiva, tras mencionar de pasada la existencia de unos estudios preliminares sobre la puesta en marcha del tercer canal, resaltaban los acuerdos conseguidos con TVE para que Prado del Rey incrementara la programación en catalán y se proponía para 1981 -al margen del inicio de emisiones nocturnas- el mantenimiento del programa infantil Quitxalla y una retransmisión semanal desde Montserrat.En un principio, Agustí Farré director general de Medios de Comunicación, dependiente del Departamento de Cultura, se hizo cargo de todo lo relacionado con prensa, radio y televisión. Tras su cese, en julio de 1982, se creó la Dirección General del Régimen Jurídico de la Radio y la Televisión, dependiente de Presidencia, mientras los asuntos de Prensa se dejaban en Cultura.
El 30 de mayo de 1983 se creó por ley la Corporación Catalana de Radio y Televisión. Pere Cuxart fue el director general de esta primera etapa, y Alfons Quintà, el director de TV-3. El marco jurídico de creación, del tercer canal catalán generó una primera gran polémica entre Convergència y los socialistas sobre la necesidad de solicitar la concesión del uso de un bien de titularidad estatal (opinión de la Generalitat) o la exigencia previa de una ley marco que regulara todos los futuros terceros canales. Aunque todos los partidos del Parlament, incluido el PSC, pidieron rápidamente a Madrid que se oficializara la concesión, el Gobierno central no legalizó TV-3 hasta después de publicarse la Ley de los Terceros Canales (4 de abril de 1984), cuyo articulado fue pactado por socialistas y convergentes.
La actitud de RTVE bloqueando tanto el acceso de TV-3 a, la red para conexiones internacionales como su candidatura para ingresar en la Unión Europea de Radiodifusión, y las complicaciones suplementarias impuestas por la Administración central a las importaciones de material de TV-3, evidenciaron la voluntad del PSOE de retrasar el inicio y pleno desarrollo de las emisiones del canal autonómico. Este obstruccionismo encontró una réplica convergente, pues, por su urgencia política, CiU forzó el inicio de las emisiones prescindiendo de las conveniencias profesionales y relajando todo tipo de control en la administración del organismo. En enero de 1984, pocos días después de iniciadas las emisiones regulares, Josep Caminal sustituyó a Cuxart en la Dirección General de la CCRTV, y la primera tarea que debió plantearse el nuevo responsable de la corporación fue iniciar una racionalización de la gestión empresarial, potenciar el respeto jerárquico al consejo de administración e intentar crear un nuevo marco de diálogo con Calviño. Por otra parte, unas ofertas de entendimiento explícitas por parte socialista parecen buscar la corrección del clima de confrontación inicial, aunque las modificaciones aleatorias en la programación del canal catalán para ofrecer plataformas de intervención electoralistas a Jordi Pujol forzaron una moción de censura de los socialistas.
Entendimiento forzoso
El entendimiento de TV-3 con RTVE es forzoso no sólo por los temas enumerados sino, por ejemplo, para la próxima negociación de retransmisiones deportivas con la Federación de Fútbol, si se desea evitar el espectáculo de ver como dos organismos públicos pujan entre sí con dinero de los contribuyentes. El presupuesto de inversiones establecido en diciembre de 1982 para la corporación es, en una primera fase, de 4.801 millones de pesetas. Aunque se previó una segunda fase de 1.445 millones de pesetas, el Parlament ya aprobó en marzo de 1984 un incremento hasta los 3.656 millones de pesetas. Este capítulo presupuestario se financia con endeudamiento. Por el contrario, el presupuesto de 1983 para funcionamiento, de 2.008 millones de pesetas, ha quedado cubierto. En la actualidad, la corporación trabaja con el presupuesto prorrogado de 1983, aunque en fecha próxima debe presentar la liquidación del año pasado. Hay una dificultad técnica: al constituirse la Corporación -que es un organismo autónomo-, en mayo de 1983, no se redactó ningún acta notarial sobre el patrimonio traspasado ni sobre los gastos previos realizados directamente por Presidencia.
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