Moisés Kojavi,
arqueólogo de la universidad de Tel Aviv, ha echado por tierra parte de las Sagradas Escrituras al afirmar, en el primer congreso internacional de arqueología bíblica, celebrado en Jerusalén, que las murallas de Jericó no se vinieron abajo al son de las trompetas de Josué simplemente porque Jericó no existía en la época de la incursión israelita en tierra de Canaan. También ha sido puesto en cuestión el éxodo israelita a Egipto y su vagar por el Sinaí. Si las excavaciones del profesor Rudolf Cohen constituyen una prueba fidedigna, la Biblia se hizo un lío con las fechas, ya que los restos hallados allí no concuerdan con la época del éxodo, aunque parece que hubo una gran migración mil años antes.
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