La corrupción en la democracia

Ante la impresión existente de que en el terreno de la corrupción ad ministrativa, en el que se han visto involucrados recientemente algunas instituciones y políticos de diverso signo, las cosas siguen igual que antes, hay que subrayar diferencias que considero fundamentales. La primera, que con el anterior régimen los ciudadanos no nos enterábamos de lo que en realidad ocurría. La segunda, que hay, un distinto comportamiento entre la izquierda y la derecha cuando se producen estos temas.

El teniente de alcalde de Viladecans y el alcalde de Sant Andreu de la Barca, así como el presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, a quienes se relaciona con asuntos que merecen una investigación, ya han dimitido o han sido cesados. Mientras, por ejemplo, frente a la acusación de que la Generalitat ha concedido avales discutibles, al Gobierno Pujol le parece normal avalar con dinero público empresas de familiares y amigos de sus altos cargos.

La democracia no va a hacernos a todos buenos, pero lo que sí que nos da es la ocasión para juzgar los comportamientos de cada cual. Luego, la sentencia la dictamos con nuestro voto, y que sea así siempre.