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35 pesetas, la carretilla de un trapero, gasolina y neumáticos, botín de cuatro robos.

Un asalto a punta de navaja con un botín de 35 pesetas; un trapero desposeído de su carrito; un robo de cinco litros de gasolina, y la sustracción de 16 ruedas de automóvil son cuatro de los hechos delitictivos perpetrados el martes en Madrid, según la información facilitada por la Jefatura Superior de Policía. Aunque en muchas ocasiones la falta de profesionalidad de los jóvenes heroinómanos la tinte en rojo, la crónica negra madrileña, en sus tres cuartas partes, está hecha por este tipo de delitos, frutos de la miseria, de la necesidad de conseguir cuatro perras con que comer o comprar el caballo.

El Madrid de los años ochenta no es el Chicago de la década de los 20, con sus grandes organizaciones mafiosas y sus bien relacionados y casi intocables capos. El Madrid actual es más bien el de la joven Lourdes, una chica de 16 años que, a las 22 horas del pasado martes, abordó con una navaja a una pareja de novios, que apuraban sus últimos minutos juntos en un banco de la plaza de Oriente, frente al Palacio Real.Con la misma dureza con que el asaltante de un banco dice "al suelo, esto es un atraco", Lourdes exigió a la pareja todo el dinero que llevara. Tras rascarse los bolsillos, los novios encontraron 35 pesetas, que a Lourdes le parecieron un insulto. Entonces la sirlera abofetó al joven y cacheó a los novios, sin encontrarles ni un duro más. Lourdes se marchó descompuesta. Minutos después, la dotación de un vehículo zeta la localizó en los alrededores de la plaza de Oriente, requisó el arma y comprobó a través del ordenador Berta que la chica había sido detenida en otras ocasiones por delitos contra la propiedad. Según la infomación policial, no era yonqui. Robaba para comer.

Azuzaron su perro

Unas dos horas después, en otro extremo de la ciudad, un joven de 25 años circulaba con una carretilla por la avenida de General Ricardos, principal arteria de Carabanchel. Iba recogiendo cartones de los cubos de basura depositados por el vecindario, que luego revendería a 6,50 pesetas el kilo, cuando cuatro muchachos no identificados, pero algo más jóvenes que él, le pusieron una navaja en el cuello. En menos de lo que se tarda en contar el percance, el trapero se vio despojado de 200 pesetas, un reloj y la carretilla, que constituía su herramienta de profesional de la rebusca. No contentos con, el botín, los navajeros azuzaron un perro que llevaban consigo. El atracado tuvo que ser asistido en una casa de socorro de mordeduras en piernas y manos.Mientras Lourdes era trasladada a la comisaría de Centro y antes de que el trapero fue asaltado, justo a las 23,45 horas, los policías nacionales de patrulla en un zeta sorprendían a tres jóvenes, de edades comprendidas entre los 17 y los 20 años, que robaban gasolina de un Seat 850 aparcado frente al número 79 de la calle de Bravo Murillo. El instrumental incautado al trío consistía en una lata con capacidad para cinco litros de combustible y una goma, cilíndrica y hueca, de dos metros de longitud. Los detenidos manifestaron que no tenían un duro con qué poner caldo en sus motocicletas.

El propietario del Seat 850 no fue el único conductor que en la mañana de ayer recibió una desagradable sorpresa. A los propietarios de seis turismos, tres Seat, dos Talbot y un Sirnca, les robaron las ruedas en la noche del martes al miércoles. En tres de los casos, faltaban los cuatro neumáticos. Uno o varios desconocidos aprovecharon la oscuridad para obtener un botín total de 16 neumáticos, que, con toda probabilidad, revenderán luego a talleres piratas. Cada uno de los robos se produjo en un distrito distinto: San Blas, Retiro, Latina, Centro, Villaverde y Ciudad Lineal. Si el o los autores de las sustracciones fueron los mismos en todos los casos, se movieron indudablemente mucho.

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