Porta: "Es gratificante tener que retirarme por una ley"
Pablo Porta afirmó ayer que "debo creer lo que, oficialmente, dice la Administración. Sería demasiado injusto si creyera que este decreto se ha llevado a la práctica sólo por excluirme a mí de la presidencia de la federación de fútbol, como algunos afirman. En cualquier caso, resulta gratificante el hecho de que deba retirarme por una razón de tipo legal y no por una pérdida de la confianza de la gente del fútbol o por cansancio personal. He de confesar que nunca me creí tan importante como para ser tema en un Consejo de Ministros". Porta expresó ayer a este periódico su intención de dejar sus cargos en la federación internacional (FIFA).El aún presidente de la Federación Española de Fútbol se encontraba ayer completamente atosigado. "He debido atender", dijo, "más de 80 llamadas de colegas suyos". También aseguró haber recibido algunas de apoyo, aunque se negó a decir de quienes "porque, si hay quien cree que a mí me han enfilado, no puedo perjudicar a mis amigos. Ellos también podrían ser enfilados".
Pablo Porta intentó mantener durante la conversación un aire tranquilo porque "mientras no conozca a fondo el decreto y todas sus características, no debo pronunciarme. Cualquier análisis de urgencia podría caer en lo tendencioso o subjetivo por mi parte", pero no pudo evitar un tono entre presuntuoso y despectivo al señalar que "si no sirvo para el fútbol español, sería una ofensa ocupar cargos en el fútbol mundial; así que abandonaré mis puestos de miembro de la Comisión Ejecutiva de la FIFA y de la Comisión del Mundial de México y las presidencias de las comisiones del Estatuto del Jugador, de Asuntos Legales y Protocolo".
Sin embargo, a la pregunta de si esta decisión era absolutamente irrevocable, Porta matizó que "aún debo consultarla con las personas adecuadas próximas a estos organismos".
Porta dijo "no haber buscado ningún enfrentamiento con la Administración porque no soy tonto", y aseguró que dejaría el fútbol español "con la conciencia tranquila porque he obrado siempre con buena fe, con la satisfacción del deber cumplido y con el único interés de servir a este d
[eporte". Insistió en que la situación del fútbol español comenzó a deteriorarse, a todos los niveles, con la anterior Administración deportiva -no citó nombres, pero se refería al anterior resporisable del Consejo Superior de Deportes, Jesús Hermida- y expresó su creencia de que los males de este deporte obedecen a que "lo caótico e inverosímil es que el fútbol genere más de 20.000 millones de pesetas y no pueda atenderse a más de 5001.000 jugadores de toda España con sólo 600 millones de pesetas".
Porta admitió que "también los hombres del fútbol tienen parte de culpa, claro; sobre todo, la de querer ser más grandes de lo que se puede", y dijo que la única solución al caos radicará en "dejar las deudas a cero y, a partir de ahí, realizar una polítíea de control y seriedad". A la pregunta de si esto suponía que hasta ahora la federación se había guiado por el descontrol y la poca serieda, señaló que "esto no se puede hacer en un día".
Pablo Porta tuvo acceso a la presidencia de la federación en 1975, designado por el entonces delegado de Deportes, Juan Gich, y resultó elegido en los años 1977 y 1981: tres períodos, justos los que obligarán a su definitiva marcha, aunque Porta intentó matizar en un momento determinado que, "en realidad, llevo sólo dos períodos electorales". Cuando se le aclaró que los fijados por el decreto se refieren indistintamente a los de elecciones o de designación, exclamó: "¡Bien, es igual!".
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