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Urralburu será en abril el nuevo presidente de Navarra, al fracasar un acuerdo de la derecha

El secretario general del Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE), Gabriel Urralburu, ocupará automáticamente, a mediados del próximo mes de abril, la presidencia del Gobierno de la comuni dad, al ser el candidato del partido que cuenta con mayor número de escaños en el Parlamento foral. Urralburu accedera a la presidencia debido a que ha fracasado el intento de acuerdo tripartito entre Unión del Pueblo Navarro (UPN), Coalición Popular (CP) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV).

El fracaso de las negociaciones para formar un Gobierno de esas tres fuerzas políticas se produjo como consecuencia de la tajante postura de Jaime Ignacio del Burgo, todavía presidente de la Diputación foral, y presidente del Partido Demócrata Popular (PDP) -integrado en Coalición Popular-, quien rechazó en todo momento formar parte de un Ejecutivo con los nacionalistas vascos y ha preferido que, por tanto, el PSOE gobierne en Navarra.De esta manera se pondrá fin a una de las más largas crisis políticas vividas por Navarra en los últimos tiempos. Desde hace casi un año, los políticos navarros han sido incapaces de llegar a acuerdos para la formación de un Ejecutivo de coalición, dado que ningún partido obtuvo en los comicios regionales de mayo de 1983 la mayoría suficiente para poder gobernar en solitario.

Esta situación -que el propio arzobispo de Pamplona calificó en su día de "escándalo público lamentable" y de "espectáculo bochornoso del que se habla entre nosotros y en toda España- "ha salpicado también a las instituciones, que han tenido durante todo este tiempo un funcionamiento no regular.

Los intentos de establecer un Gobierno de coalición de centroderecha en Navarra -dada la negativa de los socialistas a suscribir cualquier tipo de pacto con otras fuerzas parlamentarias- se vio desde el principio que estaban abocados al fracaso, ya que el presidente de la diputación foral y del PDP navarro, Jaime Ignacio del Burgo, se mostró totalmente contrario a formar parte de un Ejecutivo con los nacionalistas. A su juicio, un Gobierno de esta naturaleza sería inoperante e ineficaz, y en él habría que estar consensuando todos los días. Sería además, en su opinión, un error histórico, así como una hipoteca para la derecha navarra. Las fuertes presiones que recibió no le hicieron cambiar de actitud, lo que ha originado un profundo malestar en la dirección del partido que preside óscar Alzaga, y sobre todo en Alianza Popular.

Las bases, reacias

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A lo largo de los días que duraron las conversaciones, numerosos militantes de UPN se mostraron igualmente reacios a entablar cualquier tipo de pacto con el PNV, prefiriendo antes un Gobierno socialista. Incluso los dirigentes de UPN tuvieron que desplazarse a diversas localidades de Navarra para explicar a sus afiliados el sentido de estas conversaciones. No obstante, algunos de los militantes y simpatizantes de UPN no han entendido muy bien el intento de suscribir un acuerdo con los nacionalistas lo que en un futuro beneficiará a Del Burgo, quien en todo momento se ha opuesto con firmeza a un Gobierno con el PNV. Pero además, las conversaciones entre estos tres partidos han puesto de manifiesto las fuertes discrepancias existentes en el seno de Coalición Popular en Navarra, donde los enfrentamientos entre AP y Unión Liberal (UL), por un lado, y el PDP, por otro, son en estos momentos muy tensos, hasta el punto de que el portavoz de AP, Pedro Pejenaute, ha llegado a comentar que se replanteará el futuro de la coalición. Incluso el parlamentario de Unión Liberal José Ignacio López Borderías anunció que se saldrán de la coalición si el PDP no explica toda su actuación en estas negociaciones.

Por su parte, el PNV también tuvo una cierta contestación interna de sus bases, que en modo alguno querían formalizar un acuerdo con UPN y Coalición Popular, algo que sin duda no ha entendido el aparato del partido representado por Xabier Arzallus y el ex senador Mitxel Unzueta; y sí, sin embargo, Carlos Garaikoetxea, presidente del Gobierno vasco. Para los nacionalistas navarros era preferible entablar un diálogo con los socialistas.

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