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Los problemas del Ministerio del Interior

El arzobispo de Toledo presagia el riesgo de una "cólera ciudadana irreprimible que lo arrase todo como un vendaval"

El arzobispo de Toledo y cardenal primado de España, Marcelo González Martín, lanzó ayer una virulenta crítica al estado actual de la seguridad ciudadana, durante su homilía en la catedral toledana y partiendo del asesinato del industrial de esa ciudad Claudio Ávila, hallado muerto el sábado en Aranjuez. El arzobispo dijo que "nos estamos exponiendo, tal y como marcha la sociedad española, a que un día, cuando menos lo esperemos, se produzca el estallido de una cólera ciudadana irreprimible que lo arrase todo como un vendaval".

El cardenal se refirió a la "descomposición progresiva de la sociedad, en la que la ley es constantemente burlada; la libertad noble y digna, acosada por quienes la escarnecen de día y de noche con sus infames fechorías, y los hombres y mujeres honrados, sometidos a la presión del miedo en calles y plazas, e incluso a la puerta de sus propios hogares".En su homilía, el cardenal González Martín se refirió "a un hecho tan doloroso que reclama nuestra atención". "Nuestra ciudad", siguió, "está aturdida y dolorida. Nos sentimos como avergonzados ante este salvaje asesinato que se ha cometido en la persona de un convecino nuestro, Claudio Ávila".

El arzobispo, tras lamentarse profundamente de la inercia que lleva "inevitablemente a la descomposición de nuestra sociedad", se preguntó después: "¿Por qué, por qué estas horribles venganzas o ignominiosos atropellos, por qué?". González Martín no encontró justificación "para explicar tan inaudita maldad". "Asistimos a una descomposición progresiva de la sociedad en la que la ley es continuamente burlada".

El arzobispo de Toledo, después de elevar una oración por el alma de Claudio Ávila, se refirió también al otro secuestrado, Guzmán Martín, de Guadalupe, perteneciente a la diócesis de Toledo.

Marcha silenciosa

"Suplico impotentemente, ya que nada puedo hacer, a quienes siguen todavía ocultando a otro diocesano nuestro, Guzmán Martín, del pueblo extremeño de Guadalupe, que, por amor de Dios, si es que les queda algo en su alma, le dejen en libertad y le devuelvan sano y salvo a su familia", manifestó. "No se puede vivir así", prosiguió. "No tantos crímenes, no tanta violencia...".Al mismo tiempo que el primado pronunciaba estas palabras alrededor de 2.500 personas que habían asistido al sepelio de Claudio Ávila se manifestaban silenciosamente desde el cementerío hasta la plaza de Zocodover en protesta por el asesinato del industrial, secuestrado el pasado 1 de marzo. Representantes de la política regional, provincial y local asistieron al entierro, celebrado en el cementerio de la ciudad, desde donde desfiló con total normalidad una marcha silenciosa hasta la plaza de Zocodover, frente al gobierno civil. La marcha fue convocada por la junta directiva de la Federación Empresarial Toledana.

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El cadáver de Claudio Ávila había sido trasladado a primeras horas de la mañana desde la residencia sanitaria hasta la capilla de la iglesia del Buen Pastor próxima al centro médico, donde el capellán, Abilio Gallego, ofició una misa.

Representación empresarial

La marcha de protesta estuvo encabezada por una sólida representación empresarial de la provincia. Estuvieron presentes también los senadores del Grupo Popular por Toledo Enrique Prieto y Javier Pérez Olivares, e Isidro del Río, presidente de la Diputación Provincial de Toledo.José María Cuevas, secretario general de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), se sumó a la manifestación y se reafirmó en la necesidad de tomar medidas para terminar con hechos delictivos de este calibre.

Por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha asistieron el consejero de Economía y Hacienda, Juan Pedro Hernández Moltó, y el titular de Transportes y Comunicaciones, Alfredo Arija Hernández. El primero de ellos calificó el hecho de vandálico e incalificable. El presidente del Ejecutivo regional, José Bono Martínez, no estuvo presente en el sepelio por encontrairse de viaje en Albacete, su ciudad natal.

El gobernador civil de Toledo, Pedro Valdecantos, señaló en la tarde de ayer que no disponía de nuevos datos sobre el suceso o los autores del asesinato, y recalcó el constante contacto que mantiene con el ministro del Interior y con el director general de la Seeuridad del Estado en orden a coordinar las medidas de seguridad.

La Federación Empresarial Toledana, que ha seguido desde el pasado día 1, fecha de la desaparición del industrial, el transcurso de los acontecimientos, ha convocado, previa solicitud expresa de los comerciantes toledanos, un cierre de establecimientos para el próximo miércoles.

Al día siguiente, jueves, se ofrecerá una misa de solidaridad con la familia del industrial toledano que fue asesinado por sus secuestradores.

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