Los secuestradores de Raimundo Gutiérrez, apresados cuando intentaban cobrar el rescate
La policía de Barcelona impidió el pasado lunes que el contable de la empresa Ramani, SA, saliera de España con 58 millones de pesetas para hacer efectivo en Francia el pago de una parte del rescate exigido a cambio de la liberación del industrial Raimundo Gutiérrez, secuestrado el pasado 23 de febrero y liberado por la policía francesa el lunes. El dinero debía ser entregado a los secuestradores en Toulouse. La acción policial desbarató el intento de la familia de Raimundo Gutiérrez de llegar a un acuerdo secreto con los secuestradores, que posteriormente fueron detenidos.Inspectores de la policía barcelonesa, en colaboración con sus colegas franceses, siguieron los pasos que tenía señalados el empleado de Raimundo Gutiérrez, a través de una serie de mensajes escondidos por los secuestradores en distintos restaurantes y gasolineras, hasta llegar a un aparcamiento -el Victor Hugo, de Toulouse-, donde se logró detener dos de los secuestradores, el industrial vasco, nacionalizado francés, Francisco Pais Barandiarán, y Laura Maté Muñoz, cuando iban a retirar el dinero del rescate que supuestamente estaba depositado en un vehículo allí estacionado Más tarde, en un pequeño piso situado frente al hospital de Montauban, a 40 kilómetros de Tou louse, fueron detenidos los otros dos miembros de la banda, Francisco Echeverría Urrutia y Valdés Segundo Jiménez, que vigilaban al secuestrado, que estaba encadena do a una cama.
Desde el primer momento, los miembros del Grupo V de la Brigada Regional de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Barcelona sospecharon que la familia de Raimundo Gutiérrez intentaría negociar secretamente el pago del rescate con los secuestradores. La tardanza de la denuncia y algunos detalles -como la contratación de un investigador privado o la retirada, el pasado viernes, de 58 millones de pesetas de una cuenta corriente de la empresa Ramani, abierta en el Banco Atlántico- hicieron sospechar a la policía que el pago iba a ser inmediato.Se estrecharon todos los controles establecidos en torno a la familia y el domingo, dos días después de la retirada del dinero del banco, el encargado de los establecimientos comerciales de la empresa Rarnani salió de Barcelona con dirección a algún lugar de Francia, donde ya se sabía que se encontraba el secuestrado, tal como él mismo reveló en una comversación telefónica con sus familiares. El empleado fue detenido en La Seu d'Urgell (Lérida), antes de que cruzara la frontera de Andorra. El dinero fue requisado y los inspectores ocuparon el lugar del empleado, para llergar hasta los secuestradores siguiendo la pista marcada. Fuentes de la policía judicial. francesa informaron a la agencia France Presse que en la maleta donde se supone que el empleado transportaba el dinero no había más que recortes de papel.
En esta operación han intervenido una docena de inspectores de policía -dos de ellos mujeres- apoyados por funcionarios de otros grupos de la policía judicial barcelonesa.
El secuestrado ya está en casa
Los secuestradores detenidos serán presentados hoy miércoles ante el juzgado de instrucción de Toulouse. Los tres hombres Fran cisco Pais, Valdés Segundo Jiménez y Francisco Echeverría, serán acusados probablemente de secuestro e intento de exacción de fondos, mientras la joven Laura Mate será inculpada por presunta complicidad, según fuentes próximas a las autoridades judiciales de Toulouse.Ayer, sobre las diez de la mañana, Raimundo Gutiérrez llegó a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona acompañado de los inspectores que le liberaron, entre los que se encontraba Víctor Cuñado, jefe del grupo que ha llevado las investigaciones. A su llegada al edificio de la policía, Raimundo Gutiérrez fue recibido por sus dos hermanos, Nicolás y Mariano, por el jefe superior, Agustín Linares, y por el gobernador civil, Ferran Cardenal.
El agotamiento y los nervios acumulados por el industrial secuestrado estallaron en el despacho oficial. Agradeció a la policía todos sus esfuerzos: "Les debo la vida, ya que me creía muerto", dijo. Explicó que el hecho de conocer a uno de sus secuestradores; le hacía temer que no saldría con vida. Poco después, la policía, que le hizo entrega de los 58 millones de pesetas que sus familiares intentaron sacar del país para pagar su rescate, le acompañó a su domicilio de la plaza de la Abadesa Olzet, donde le esperaban su esposa, Aurora, y sus hijos.
Mariano Gutiérrez y el abogado de la empresa Ramani, José María Cabré, celebraron ayer por la tarde, mientras Raimundo Gutiérrez descansaba en su casa después de haberse sometido a un reconocimiento médico, una conferencia de prensa para explicar algunos de los detalles que han rodeado al secuestro del industrial.
El hermano del empresario liberado en Montauban confirmó que en el primer momento presentaron de palabra la denuncia de la desaparición de Raimundo Gutiérrez a la Guardia Civil, "por desconfianza hacia el Cuerpo Superior de Policía, que podía filtrar a la Prensa las investigaciones. Posteriormente, nos dimos cuenta de la equivocación, acudimos a la policía y ahora les estamos profundamente agradecidos". Estas palabras, sin embargo, no reflejaban que hasta el último día la policía no estuvo informada de los movimientos de los familiares, y tuvo que valerse de otros medios para controlar el crucial momento del pago del rescate.
Detective privado
El portavoz de la familia Gutiérrez negó que hubieran contratado a un detective. Sin embargo, el investigador que trabajaba para la familia se entrevistó ayer con el jefe superior de Policía de Barcelona. Mariano Gutiérrez dijo también que "Raimundo tuvo un trato fatal, humillante, peor hubiera sido imposible" y que el cabecilla del secuestro, Francisco Pais, era una antiguo cliente de la empresa.Según Mariano Gutiérrez, el día del secuestro, su hermano Raimundo y Francisco Pais quedaron citados para trasladarse a Mataró, donde éste tenía un supuesto pedido de camisetas de algodón que podía interesar al industrial catalán. "Poco después los cómplices de Pais subieron al coche armados con una pistola y una navaja y le comunicaron que estaba secuestrado".
Al llegar a la frontera con Francia, en las inmediaciones de La Jonquera, el secuestrado, que iba atado con una cadena, fue obligado a descender del coche y cruzar a Francia por un camino de montaña, custodiado por Francisco Echeverría y Valdés Segundo. La desorientación de los secuestradores era total y, al parecer, según Mariano Gutiérrez, "se perdieron, no encontraron refugio alguno y encima les cayó una nevada".
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