El grupo editorial Océano suspende pagos con 2.167 millones de deudas

Seis empresas del grupo editorial Océano con un pasivo conjunto de 2.167 millones de pesetas presentaron ayer expedientes de suspensión de pagos ante el Juzgado decano de Primera Instancia de Barcelona. Las principales sociedades afectadas son Ediciones Océano-Exito, SA, que declaró un activo de 5.037 millones de pesetas y un pasivo 1.386 millones; Ediciones Vínculo, SA, con un activo de 710 millones y un pasivo de 261, y Océano Difusión Editorial, con un activo de 5 10 millones de pesetas y un pasivo de 301 millones.También presentaron sus libros al juzgado las sociedades Publicaciones Océano, SA, que declaró un activo de 158 millones de pesetas y unas deudas de 88 millones; Moncabo, SA, con 210 millones de activo y 115 de pasivo y Graumont, SA que presentó un activo de 65 millones y un pasivo de 14.

Las seis sociedades están presididas por Josep LLuís Monreal, presidente del gremio de editores, quien ostenta un participación mayoritaria en el accionariado de todas las empresas del grupo. La plantilla total de las seis empresas supera los 200 empleados.

Vicente Carballido, portavoz de la empresa, ha señalado la voluntad de la sociedad en continuar sus actividades, superando la crisis que se ha producido por los retrasos en cobrar la deuda pendiente,en los países latinoamericanos y por la política de restricciones crediticias del Gobierno.

El volumen de ventas del grupo Océano ascendió a 2.800 millones de pesetas en 1981; 3.800 millones en 1982; y 4.000 millones en 1983. En los mismos años la cifra de exportaciones se mantuvo entre lo 800 millones de 1981 y los 700 millones de 1982 y 1983, lo que refleja el claro propósito de la editorial de reducir su porcentaje de riesgos con sus ventas al exterior. Las operaciones exteriores no pudieron cancelarse de forma absoluta ya que en los últimos meses se había iniciado el cobro de las cantidades más atrasadas. México es el país con el que se alcanzaba un mayor volumen de transacciones.

Los principales acreedores son las entidades bancarias, papeleras y alguna industria gráfica, con las que operaba el grupo. Según el portavoz empresarial, desde hace cuatro meses las dificultades financieras crecieron sensiblemente al cerrarse la posibilidad de seguir negociando letras y otros efectos.