Menores presiones de los vendedores en las bolsas de EE UU durante la pasada semana
Las presiones vendedoras han ido perdiendo paulatinamente intensidad en las bolsas norteamericanas en los últimos días.La pasada semana arrojó un saldo discretamente más positivo después tras la hecatombe vendedora del mes pasado. El pasado día 24 de febrero, Wall Street reaccionaba, sorprendiendo a los especialistas, con una subida de 30 puntos, la segunda más importante de la historia. El lunes 27 proseguía dicha reacción, aunque más moderada, pero el martes el índice pedía 22 puntos, para estabilizarse durante el resto de la semana.
La volatilidad de los primeros días demuestra el nerviosismo que sigue imperando entre muchos operadores y cristaliza en el importante nivel de incertidumbre que hay en los corros, según Carlo Alí, de Shearson American-Express.
Aunque los ánimos se han ido calmando, como pone de manifiesto la reducción registrada en los volúmenes de negocio registados, continúa imperando un notable desconcierto entre la mayoría de los inversores.
La pasada semana se publicaron gran cantidad de resultados económicos, y todos ellos tienden a demostrar la buena marcha de la economía norteamericana, que podría correr el riesgo de crecer demasiado rápidamente, provocando brotes inflacionistas, según las versiones de algunos expertos.
Se espera que el producto nacional bruto aumente en torno a un 6% durante el primer trimestre. Es casi evidente que, de mantenerse el ritmo actual, se terminaría provocando una subida generalizada de los precios.
Sin embargo, el crecimiento será más moderado a partir de la primavera, en opinión de diversos técnicos. El producto nacional bruto podría crecer un 4,5% en el segundo trimestre, y un 3,5% y 2,2% en el tercer y cuarto trimestres, respectivamente. De ser correctas estas previsiones, no deberían producirse incrementos importantes en los precios, y la inflación podría situarse en torno al 5,8%,. El problema fundamental de la economía de EE UU sigue siendo el déficit presupuestario, y mientras no se aporten soluciones concretas, los mercados tendrán que convivir con un notable sentimiento de inseguridad.
La semana ha sido pródiga en declaraciones de los altos responsables económicos. Las más significativas han sido las de Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal, que insistió sobre el peligro que supone el desequilibrio presupuestario y sus efectos perniciosos sobre la política monetaria y la paridad del dólar.
Después de haber hecho durante varios días declaraciones negativas, Volcker afirmó el jueves 1 de marzo, en la Cámara de Representantes, que si sus miembros conseguían disminuir de inmediato el déficit en 50.000 millones de dólares, podría producirse la tan anhelada baja de los tipos de interés.
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