'La Caixa' obtuvo 8.978 millones de beneficios en 1983, casi un 40% más que el año anterior
La Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros (La Caixa) obtuvo en el ejercicio de 1983 un excedente neto de 8.978 miles de pesetas, lo que supone un crecimiento espectacular, de 39,6% sobre el ejercido anterior, en que obtuvo un beneficio de 6.430 millones. El índice de aumento del beneficio dobló largamente al obtenido en 1982 sobre 1981, que fue del 15,5%. El director general de la entidad, Josep Vilarasau, en la presentación a la Prensa de estos resultados, trató de no magnificarlos, aludiendo al carácter "seguramente irrepetible del ejercicio".
La dificultad de repetir dichos resultados proviene, según Vilarasau, de que muy pronto algunos de los activos más rentables de la entidad -cédulas hipotecarias, pensiones temporales vitalicias, entre ellos- quedarán sujetos a coeficiente, a tenor de la reforma sobre coeficientes de inversión que viene preparando el Ministerio de Economía desde hace un año. Precisamente estos activos registraron un crecimiento destacadísimo en el ejercicio: así, las cédulas hipotecarias ascendieron a un montante de 86.533 millones, con un incremento del 105,64% sobre el ejercicio anterior, y las pensiones temporales se incrementaron en un 28.96%.Otro elemento explicativo de los resultados alcanzados radica en la posición prestadora de tesorería que viene ostentando tradicionalmente la entidad: en el balance, la partida de inversión crediticia asciende a 370.827 millones de pesetas, mientras que la de tesorería se sitúa en una cifra muy similar, 360.466 millones de pesetas. Las buenas remuneraciones obtenidas en el mercado interbancario y en la tarea de financiación del déficit público -mediante los certificados de regulación monetaria, partida que se sitúa en torno a los 170.000 millones- constituyen un elemento explicativo del resultado obtenido. Según Vilarasau, este excedente de tesorería -criticado en ocasiones porque supone un menor compromiso inversor en la economía real del entorno- tiene su justificación en la presión ministerial para la financiación del déficit del sector público y en la atonía de la demanda de crédito.
Más recursos, gastos similares
El crecimiento de los depósitos de La Caixa -que se situaron en 890.909 millones, colocando a la entidad en la sexta posición del ranking de entidades financieras españolas, bancos incluidos- fue del 20,5%, índice bastante superior al registrado por la media de la banca, y que no incluye los pagarés del Tesoro recolocados entre el público por la entidad (con lo que se llegaría al 24,75%). El director general explicó este incremento por la "explosión de nuevos productos muy adaptados al público, la descentralización en el otorgamiento de créditos a la clientela y, quizá, la mayor confianza en esta entidad como resultado de varios años de crisis bancarias".Los mejores resultados, indicó Josep Vilarasau, se han obtenido no tanto por una mayor rentabilidad de los activos, sino porque la caja ha administrado un 24% más de recursos, con prácticamente los mismos gastos generales y de personal, obteniendo una relación de recursos por empleado superior a los 160 millones de pesetas por empleado. En el capítulo de la inversión, el ejercicio 1983 registró un incremento de la misma en un 22,3%, habiéndose concedido créditos por 136.000 millones y con un aumento neto de 67.500 millones.
El tenor "irrepetible" del ejercicio se deduce también de las cantidades destinadas a provisiones, amortizaciones y minusvalías, que superan los 15.000 millones, dotaciones que se han realizado con generosidad más allá de lo estipulado por las circulares del Banco de España. Una inferior dotación, evidentemente, hubiera supuesto un cuenta de resultados aún más abultada.
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