El cambio no llega al fútbol
En la penúltima jornada de fútbol de Primera División, el Real Madrid vencía al Zaragoza por 1-0, gol marcado de penalti, anteriormente a un gol del Zaragoza invalidado por el árbitro debido a la airada protesta de los jugadores madridistas y ante la cual el juez del partido no mostró las correspondientes tarjetas, habituales en estos casos.En la jornada última, nuevo escándalo, en el partido Salamanca-Real Madrid, finalizado con él resultado 0-1; el árbitro no sancionó con penalti una jugada que normalmente se señala como falta máxima; el gol madridista parece ser que es precedido de mano, y al Salamanca se le anula un gol de libro; a consecuencia de ello surgen las protestas salmantinas, que son sancionadas con las correspondientes tarjetas, habituales en estos casos.
Ahora me vienen a la memoria los partidos de la temporada pasada Real Madrid-Sevilla y Salamanca-Real Madrid. En el primero, el Real Madrid ganó por la mínima y de penalti, en una falta que en el reglamento se considera libre indirecto, y en el segundo, el Real Madrid empató en una falta al borde del área sacada cuando el árbitro contaba los pasos.
Este tipo de casualidades, que se repiten con mayor o menor frecuencia todos los años (en el actual, el Real Madrid ha marcado ya siete goles de penalti), hay mucha gente que, como yo, no se las creen.
Se muere Franco, se aprueba la Constitución, vienen las autonomías, ¿y Plaza? Sigue de presidente del Colegio Nacional de Árbitros, cuyas preferencias futbolísticas son nacionalmente conocidas.
¿Por qué no se hacen dos copas de Liga? Una se le regala al Real Madrid, y la otra se la juegan los demás equipos. Sería una solución. /
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.