Los Comandos Autónomos y el grupo 'Mendeku' se responsabilizan del asesinato del senador y candidato socialista Enrique Casas
Enrique Casas, senador, parlamentario vasco, secretario de organización del PSE-PSOE, candidato número uno por Guipúzcoa en las elecciones autonómicas y miembro de la Junta de Seguridad de la Comunidad Autónoma Vasca, fue asesinado ayer tarde por dos terroristas que le dispararon a bocajarro, cuando el dirigente socialista les franqueó la puerta de su domicilio, en San Sebastián. El senador, de 40 años de edad, casado y con cuatro hijos, llamó repetidamente "cobardes" y "asesinos" a los criminales, mientras retrocedía, alcanzado por seis impactos hasta caer muerto en el interior de una de las habitaciones de la casa. El asesinato, primero del que es víctima un parlamentario vasco, hombre clave del Partido Socialista de Euskadi, conmocionó extraordinariamente a la población y a la clase política. Los actos electorales previstos para- el día de ayer, incluidos los de Herri -Batasuna, fueron inmediatamente suspendidos. Ayer, en llamadas a varios medios de información vascos, el grupo Mendeku (Venganza) y los Comandos Autónomos Anticapitalistas reivindicaron el asesinato, mientras ETA Militar desmentía su participación en el atentado.
El Partido Socialista de Euskadi, Euskadiko Ezkerra y los sindicatos UGT y CC OO han convocado para hoy una huelga general, a la que podrían sumarse partidos como el Partido Nacionalista Vasco y la Coalición Popular, que anoche celebraron reuniones extraordinarias. El funeral se celebra hoy a la una de la tarde en la iglesia de Santa María, en San Sebastián, y el entierro se efectuará a las cinco de la tarde en el cementerio donostiarra de Polloe.La noticia de su asesinato fue transmitida a los informadores por el alcalde de San Sebastián, Ramón Labayen, en el transcurso de un almuerzo al que asistía el lendakari Carlos Garaikoetxea. Rostros perplejos y expresiones amargas entre los parlamentarios nacionalistas y lágrimas en los ojos de los dirigentes y militantes socialistas que acudieron inmediatamente al domicilio de la víctima. Minutos después del atentado, el lendakari que telefoneó al presidente del Gobierno, Felipe González y al secretario general del PSE-PSOE, José María Benegas, manifestó que su tristeza en esos momentos era equiparable a la que sintió con la pérdida de seres queridos. "Estoy hablando con el sentimiento y no con la razón; por eso no puedo en estos momentos hablar de las elecciones o de las repercusiones políticas de este asesinato. Estoy pensando en un compañero, un adversario político, un hombre, una familia".
Iñaki Esnaola, abogado y parlamentario de Herri Batasuna manifestó anoche a EL PAIS que e atentado le horroriza en la medida en que la víctima era una persona política que desempeñaba una labor política. "Ahora, dijo Esnaola, "el GAL tiene la excusa para colocarnos en su punto de mira". "Este atentado", añadió, "puede efectivamente llevar a un enfrentamiento civil". Esnaola especuló con la posibilidad de que el atentado fuera reivindicado "por alguna sigla extraña, tras la que se ocultaría una trama negra", o bien por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, de los que dijo "no aceptan la participación y están dispuestos a desestabilizar cualquier tipo de sistema". Esnaola descartó a ETA Militar como autora del asesinato, "porque eso supondría un salto cualitativo inmenso".
Les Uamó asesinos y cobardes antes de caer muerto
Los compañeros de Enrique Casas no hicieron ayer declaraciones. Sólo Carlos García Cañivano, concejal del PSE-PSOE en el Ayuntamiento de San Sebastián pudo pronunciar con voz trémula unas breves palabras ante los informadores presentes en el domicilio del senador asesinado.
El atentado se produjo a las 3.50 horas; dos individuos llamaron a la puerta del dirigente socialista, en la alameda de la Alondra, número 12, del barrio de Birebieta 2. Al parecer, el senador miró por la mirilla de la puerta. En un pri mer momento se negó a abrirla a los dos jóvenes, que insistieron hasta conseguir que les fuera fran queado el paso. Los terroristas, uno de los cuales vestía al parecer una cazadora verde, descargaron sus armas contra el primer candidato socialista por Guipúzcoa, que les gritó "asesinos y cobardes", antes de caer mortalmente herido, con seis impactos, cuatro de ellos en el tórax, uno en el cuello y otro en el rostro. En ese momento se encontraban en la vivienda el dirigente socialista y su hijo mayor Richard, de 17 años de edad, estudiante de COU. El servicio policial de protección de que disponía el senador Casas para sus desplazamientos no se encontraba en el lugar del crimen. Al parecer tenían ordenado acudir al domicilio de Casas pocos minutos antes de que fuera a salir.
Los asesinos huyeron en un Siinca 1.200, de color naranja, robado a punta de pistola, y posteriormente en un taxi del que se apoderaron igualmente, poco antes del atentado, en el barrio de Ayete, muy cerca del lugar del crimen.
En un ambiente de extraordinaria emotividad el cuerpo de Enrique Casas fue recibido en la Casa del Pueblo a las 20.45 horas por varios centenares de militantes socialistas, muchos de los cuales no pudieron contener las lágrimas ante la presencia del cadáver. La decisión de instalar la capilla ardiente en la sede socialista y no en la diputación provincial, como propuso la dirección del PSE-PSOE y el mismo Alfonso Guerra, fue responsabilidad de las bases socialistas, que no aceptaron que el cuerpo de su secretario provincial fuera expuesto en un lugar que no fuera la Casa del Pueblo.
Reivindicación
Dos grupos reivindicaron ayer, mediante llamadas anónimas efectuadas a Radio San Sebastián la autoría del atentado perpetrado contra el dirigente socialista.. Un portavoz del desconocido grupo Mendeku (que literalmente significa espíritu de venganza), que se definió como "grupo no político", señaló que con el asesinato de Casas pretenden acabar con la guerra sucia. Por otra parte, los Comandos Autónomos Anticapitalistas reivindicaron también la paternidad del atentado. Sin más explicaciones, el portavoz anónimo de los ,mencionados Comandos aportaba un dato, mediante una llamada telefónica realizada a Radio San Sebastián para demostrar la autenticidad de su reivindicación: "El atentado se ha hecho con un revólver del 38 especial, 6 tiros, y otros 7 con una automática de casquillos SF 81".
ETA Militar, por su parte, en otra llamada telefónica realizada a la DYA (Asociación de Ayuda en Carretera) descartaba su participación en el atentado.
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