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Dos jóvenes hieren de bala a dos policías que intentaban identificarles en la plaza Mayor

Dos policías nacionales de paisano que intentaban identificar ayer a dos jóvenes en la plaza Mayor resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, por los disparos de bala que éstos les efectuaron. Pese a que los agentes heridos prestaban servicio en la brigada de Información, la policía afirma que el encuentro con los agresores fue casual e imputa la autoría del hecho a dos delincuentes comunes.

Los policías nacionales Gabriel Martínez Balastegui y Leónides Cid Ortiz, conductores de vehículos k (camuflados de la Brigada de Información), se encontraban ayer por la mañana, vestidos de paisano, en el aparcamiento subterráneo de la plaza Mayor. Los agentes efectuaban un servicio de vigilancia habitual.Hacia las 11. 15 horas, los policías se acercaron a la cafetería La Irlandesa, situada en un acceso de peatones al aparcamiento. Allí, alguien comentó que dos jóvenes raros acababan de abandonar el local y estaban merodeando por la zona. Los agentes les localizaron, esperaron a que abandonaran el subterráneo por la salida que da a las calles de Postas y de Zaragoza, y les siguieron hasta la plaza Mayor, en ese momento transitada por numerosos ciudadanos.

A pocos metros del monumento ecuestre de Felipe III, Gabriel Martínez y Leónidas Cid se identificaron como policías y exigieron la documentación a los individuos que seguían. Estos sacaron entonces una pistola cada uno y, sin mediar palabra, dispararon contra los agentes a corta distancia. Gabriel Martínez fue alcanzado por tres proyectiles en el pechó, la rodilla y la ingle, y al caer, según testigos presenciales, dijo: "Me han matado". Su estado era ayer muy grave y permanecía ingresado en el Hospital Clínico. Su compañero recibió un balazo en una pierna, que le afectó a la tibia y al peroné. Fue internado en el Hospital Provincial, donde informaron que su estado no reviste gravedad. En el' lugar del suceso, la policía encontró cuatro casquillos del calibre 7,65 y uno del calibre 45.

Los policías no tuvieron tiempo de reaccionar y no llegaron a usar sus armas. Lo mismo le ocurrió a un policía municipal que se encontraba cerca de los delincuentes, que salieron corriendo en dirección a la calle de la Sal. Según los testigos, uno de los agresores vestía chubasquero blanco; y el otro, chaquetilla de color beis.

El hecho de que los agentes estuvieran destinados uno en la Brigada Central de Información y el otro en la Brigada Regional de Información, y la brutal respuesta de los agresores, hizo pensar, en un primer momento, que estos últimos pudieran pertenecer a un comando terrorista que estuviera siendo vigilado por los agentes.

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