La remodelación de Atocha dará paso a un gran nudo urbano de comunicaciones sin 'scalextric'
Dentro de unas semanas, con la demolición de la antigua estación de mercancías, comenzará la que se ha denominado operación Atocha, considerada como una de las actuaciones urbanísticas más importantes del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid y una de las más atrayentes de las realizadas en los últimos años. A lo largo de siete años, y con un presupuesto de unos 12.000 millones de pesetas, se pretende transformar Atocha de la zona congestinada que es hoy en una glorieta sin scalextric y con amplias aceras arboladas.
Junto a la plaza, la marquesina de la actual estación de ferrocarril, convertida toda ella en vestíbulo, introducirá al viajero en el mayor centro de intercambio de transporte urbano de la capital, con 15 vías férreas de largo recorrido y 10 de cercanías, conectadas directamente con una línea de metro, úna paráda de taxis y varias paradas de autobuses.La remodelación de Atocha ha sido tema de estudio desde hace bastante tiempo. Con la construcción del tramo Aluche-Móstoles, hace ocho años, la duplicación y electrificación de vías en el corredor Madrid-Guadalajara, hace siete años, y las mejoras de las líneas de Parla y Fuenlabrada, hace cuatro años, la remodelación de la estación de Atocha pasó de ser una mera idea a convertirse en una necesidad.
Aunque algunas de las líneas de ferrocarril que llegaban a Atocha fueron desviadas a la nueva estación de Chamartín, no se logró dar a esta última la suficiente capacidad. La próxima incorporación al tráfico ferroviario de Atocha de la línea Móstoles-Laguna y los planes urbanísticos municipales para retirar el scalextric, obligaron a hacer un estudio minucioso de la zona. El análisis del subsuelo confirmó que "parecía un queso", como comentó un técnico al ver junto a las conducciones de gas, colectores de agua, galerías del canal de Isabel II y galerías de servicio, la línea I del metro, el denominado tubo de la risa que une las estaciones de Atocha y Chamartín y la futura entrada del ferrocarril procedente de Móstoles y Aluche.
25 líneas ferroviarias
Como primer paso, se trasladó la estación de mercancías a la zona de Abroñigal para dar cabida a la que será la estación de cercanías de Renfe. Los estudios realizados conjuntamente con los técnicos municipales del Plan General demostraron que es factible el viejo proyecto de 1978, recogido en el acuerdo Renfe-ayuntamiento. Según éste, Atocha contará con dos estaciones, una de largo recorrido y otra de cercanías situada siete metros por debajo de la anterior.La estación de largo recorrido contará con 15 vías que, debido a la diferencia de cota, se cruzarán a distinto nivel con las 10 que servirán trayectos de cercanías. Las vías de largo recorrido no entrarán, como ocurre hoy, bajo la marquesina diseñada por Alberto del Palacio y terminada en 1892. Casi coincidiendo con los 100 años de su puesta en servicio, esta marquesina de 160 metros de longitud, considerada como el edificio más representativo de Atocha, será toda ella un gran vestíbulo con oficinas de información, cafetería, venta de billetes y otros servicios.
Al no entrar los trenes bajo la marquesina, el recinto podrá ser cerrado por su extremo abierto con una fachada similar a la que da a la glorieta de Carlos V. El acceso a este gran vestíbulo se podrá realizar a pie desde distintos puntos, pues, según el proyecto, desaparecerán el actual apeadero y la boca de metro situada junto al mismo, con objeto de reservar la zona a los peatones. Según informó Fernando García-Escudero, jefe del gabinete de Urbanismo y Patrimonio, el Plan General recoge este tratamiento sólo para peatones, en la zona colindante a la estación y también en la acera del Ministerio de Agricultura, hasta la calle de Alfonso XII, que se convertiría así en una prolongación del salón del Prado.
Tres niveles diferentes
El conjunto urbanístico quedará configurado en tres niveles diferentes. En el primero, a la misma altura de la calle, habrá una rampa en donde se encontrarán las líneas de autobuses y el edificio de cercanías. En el nivel situado por debajo estará el vestíbulo central, los andenes de largo recorrido, las taquillas de cercanías y el acceso a la estación de metro situada al otro lado de la calle, más cerca del Museo Antropológico. A siete metros por debajo de este nivel y en el lado más próximo a la avenida de la Ciudad de Barcelona se hallarán los andenes de cercanías.De momento no se ha decidido aún cómo se cubrirán los andenes de largo recorrido, pues la rampa de acceso se prolongará en profundidad con una cubierta sobre la que los arquitectos han proyectado mil y una posibilidades.
Mientras se deciden estos extremos, se va a iniciar dentro de unas semanas la demolición de la antigua estación de mercancías para iniciar en el solar resultante la construcción de la de cercanías, que se quiere inaugurar en junio de 1986. Luego, y sin interrumpir el tráfico -aunque una parte del mismo tendrá que ser desviada a Chamartín-, se iniciará la reforma de la estación de largo recorrido y la transformación del espacio interior de la marquesina.
Paralelamente a esta actuación se cambiará la ubicación de los andenes del metro, y el ayuntamiento comenzará la construcción de pasos inferiores en el paseo de las Delicias y en la ronda de Valencia para que los vehículos que accedan por estas calles a Atocha con destino a la avenida de la Ciudad de Barcelona pasen por debajo de la glorieta. El paso siguiente y último será desmontar el scalextric y sustituir la fuente actual por otra mayor que, aunque no hay nada decidido, podría estar coronada por una estatua de Carlos V. Los responsables de la operación, que irá unida a la mejora de los trazados de cercanías ferroviarias, no se atreven a dar fechas pero, con reservas, adelantan que su esperanza es terminarlas en 1991, de cara al quinto centenario del descubrimiento de América.
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