Ciencias exactas
No se le suponía al señor Ferrer Salat la capacidad o potestad del grito, y los que le conocen aseguran que los gritos que ha dado no son suyos: Algo habrá sucedido o estará a punto de suceder para que don Carlos se convierta en un Tarzán que va de liana en liana declamando El libro de la selva, y no hay que descartar la conclusión de que Ferrer Salat ha de gritar con una intensidad equivalente a los gritos de los trabajadores españoles reconvertidos o reconvertibles. Sólo así el Gobierno podrá emitir su mesurada voz y vender a la mayoría del país la serenidad de una política económica sin prisas pero sin pausas, una política económica situada por encima de los gritos. ¿Estará Ferrer Salat en la nómina espiritual del brain trust de Miguel Boyer?De momento, los empresarios tienen ante sí un panorama excitante en el que pueden afrontar el pulso de los convenios colectivos ofreciendo una banda salarial congelada en el cero coma cero, si se tercia, y si no se tercia, pueden presumir de una generosidad paragubernamental de 6% o amenazar con la usura de un encubierto lock out acogido a los planes de reconversión. A la política económica del señor Boyer le va de perillas que los salarios se pongan bajo seis o bajo cero, en un país en el que la fase de mentalización sobre la austeridad necesaria ya ha terminado y ahora le toca el turno a la Policía Armada y a la Guardia Civil, porque los hay reacios a entender la flagrante objetividad de las ciencias económicas.
Aunque don Carlos Ferrer Salat ponga el grito en el cielo, sabe que, -hoy por hoy, el tándem Boyer-Barrionuevo, es decir la alianza de las fuerzas de la ciencia y de las pelotas de goma, es indispensable para que una inmensa mayoría del pueblo español pase por el aro y pase por el aro sin rencor, incluso con un cierto gusto, porque se sirve a la causa de la evidencia científica y porque, al fin y al cabo, las pelotas de goma lanzadas a una voz de mando socialista tienen una misión histórica progresista. En cambio, cuando las pelotas de goma las emite un Gobierno de derechas, está demostrado, científicamente demostrado, que hacen más daño.
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