El Gobierno puede aprobar el próximo día 8 el contrato-programa de Renfe
El Gobierno puede aprobar en el próximo Consejo de Ministros de carácter decisorio, el día 8, el contrato-programa de Renfe. La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos del pasado lunes, tras varios meses de discusión entre los ministerios de Economía y Hacienda, y Transportes y Comunicaciones, dejó prácticamente ultimado el polémico plan trienal. La aportación del Estado al contrato-programa se sitúa en los 725.000-730.000 millones de pesetas (unos 70.000 millones menos de los previstos inicialmente), según fuentes de la Administración, y el incremento de tarifas en el 8%.
El Gobierno, en el Consejo de Ministros deliberante previsto para hoy, podría abordar, entre otros temas de índole económico, el referido contrato-programa. La reunión, no obstante, girará en torno a las posibles desviaciones presupuestarias de los distintos ministerios. Se han hecho unos estudios, ministerio por ministerio, en el que se cuantifican las repercusiones presupuestarias de los distintos compromisos, leyes en elaboración y decisiones que puedan adoptarse a lo largo de 1984.Se trata de responsabilizar a los mimistros para evitar, según fuentes solventes, desviaciones presupuestarias e incrementos no deseados del déficit público en 1984.
El acuerdo en las grandes cifras del contrato-prograrna de Renfe es ya total, aunque deberán corregirse los cálculos desde una perspectiva de aumento de tarifas del 11% y no del 14% como había solicitado inicialmente la compañía ferroviaria. Estos seis puntos en tarifas suponen para este año una minoración de ingresos de tinos 3.500 millones de pesetas en tráfico de mercancías y unos 13.000 millones en tráfico de viajeros.
Reducción de plantilla
El contrato-programa (a suscribir entre la compañía, los sindicatos y la Administración) prevé reducir paulatinamente el déficit de Renfe hasta 61.969 millones de pesetas y disminuir la plantilla durante los tres próximos años en 5.130 personas (con 11.400 bajas y 6.270 altas). Las pérdidas descenderán, según las previsiones, desde 176.400 millones de pesetas en 1983 a 138.550 millones en 1986, y el déficit de gestión pasa en el mismo período de 48.511, millones de pesetas a 15.189 millones de pesetas.Las aportaciones del Estado a la compañía previstas para el trienio se sitúan en torno a los 273.000 millones para 1984; a los 256.000 millones en 1985; y a los 32.000 millones en 1986. De estas aportaciones, las destinadas a inversión en el trienio son 25.600 millones en 1984, 30.500 millones en 1985 y 32.000 millones en 1986. Y las destinadas a amortización de créditos, respectivamente, 30.100 millones, 25.400 millones y 29.400 millones.
El contrato-programa incluye también la posibilidad de trasladar trabajadores a otros destinos, la negociación de los convenios en la banda salarial mínima que adelante el Gobierno cada año para el sector público, la reconsideración del régimen de gratuidad actual para viajes de empleados y la potenciación de ventas y tráficos.
No obstante, las negociaciones del actual convenio se encuentran semiparalizadas a la espera de la aprobación del contrato-programa, y Comisiones Obreras hace meses que expresó, en declaraciones de altos responsables de su federación de Transportes, serias reticencias a este plan trienal.
Comisiones Obreras, desde hace semanas, mantiene serias diferencias con el actual presidente de Renfe, continúa exigiendo el cumplimiento de algunas de las cláusulas del generoso convenio suscrito en 1982 y reclamando que antes de hablar de reducciones de plantilla se rebaje el número de horas extraordinarias que se realizan en esta empresa. Esta actitud no propicia, en principio, una buena disposición de esta central a suscribir con la Administración y la empresa el citado contrato-programa 1984-1986.
Cierre de líneas
Por otra parte, los fabricantes de material ferroviario y los suministradores de Renfe se encuentran en serias dificultades como consecuencia del retraso en la aprobación de este contrato-programa que se viene discutiendo desde el pasado mes de octubre.Otro de los puntos en que todavía no existe acuerdo entre el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y otros departamentos ministeriales, aunque en principio no va a suponer impedimento a la aprobación del contrato-programa, es el cierre de numerosas líneas férreas deficitarias.
Renfe, que estima que buena parte de los números rojos acumulados en los últimos años proviene del mantenimiento de líneas y servicios altamente irrentables, quiere que el Estado le libere de estas obligaciones o le compense sobradamente si por razones políticas o de interés público decide que deben seguir prestándose tales servicios. En una de las cuatro opciones estratégicas iniciales presentadas por Renfe al Gobierno se proponía, incluso, el cierre de la mitad de la red.
Esta opción se desechó en principio, pero todavía falta un acuerdo sobre cuántos kilómetros, qué líneas y qué servicios se suprimen.
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