Los asesinos de ETA

Tal como todos nos temíamos, el terrorismo etarra, acorralado por la tenaza hispano-francesa que actúa de un tiempo a esta parte con una eficacia sin precedentes, se ha revuelto con furor asesino y ha segado la vida de un insigne militar, el teniente general Quintana Lacaci. Tras el asesinato del general Lago, cometido hace ya más de un año, tras las últimas elecciones generales, y previo a la transmisión de poderes, éste es el primer atentado que realiza el activismo etarra en Madrid con los socialistas en el Gobierno.A la cobardía rastrera que siempre caracteriza las acciones de ETA, hay que añadir el dato indignante de que la víctima, esta vez, se encontraba retirado, desempeñando tareas de investigación histórica. Incapaces, seguramente, de atacar a una personalidad en activo y mejor custodiada, estos asesinos de ancianos, niños y artesanos inocentes no han tenido el menor reparo en matar a un jubilado que, tras sortear riesgos y dificultades, se había ganado con todos los merecimientos el derecho al descanso en paz y entre los suyos.

Es evidente que un sector todavía poderoso de ETA está dispuesto a usar todas sus capacidades para torpedear la paz. De nada les sirve a estos mafiosos marginados la evidencia que supone que la población vasca repudie cada vez con más firmeza su mesiánica pretensión de redúnir a Euskadi; nada les persuade el hecho objetivo de una desbandada general en importantes sectores de la organización terrorista, que no sólo alcanza a militantes de ETApm, sino también, como ha revelado Bandrés, a miembros de ETA Militar.

30 de enero