Controles en la carretera

Dudo mucho que la misión que el pueblo español tiene encomendada a las fuerzas de seguridad del Estado tenga alguna relación con los controles que en estos últimos tiempos, y de forma periódica, vienen estableciendo en las carreteras de acceso a Madrid.Es muy cuestionable la eficacia de estos controles para la detención de sospechosos, delincuentes o terroristas, dado que el factor sorpresa, fundamental en estos casos, queda completamente anulado por el escándalo, traducido en caravanas de automóviles, que se organiza en estas ocasiones, hecho este que me hace pensar que los únicos que pasamos por ellos somos la gran cantidad de individuos que no tenemos ninguna relación con la delincuencia común o el terrorismo. Asimismo, cabe pensar que las fuerzas de seguridad, que todos pagamos, deben realizar su función sin perjudicar los intereses, vida y costumbres de los ciudadanos de a pie, a los que se supone que dichas fuerzas deben prestar seguridad y servicio, no molestias, a mi entender inútiles, que nos llevan a estar detenidos durante horas en cualquier carretera, dentro de un habitáculo de reducidas dimensiones, solos o con compañía, en muchos casos infantil, en espera de que nos sea permitido por alguien, que desconocemos hasta que nos toca el turno de identificarnos, regresar a nuestras casas después de la excursión dominical. En el mejor de los casos, después de varias horas de espera, los vehículos empiezan a circular sin que uno jamás llegue a saber la causa de la detención, salvo por lo rumores que llegan y se transmiten de coche a coche, toda vez que el control ha sido levantado, desconozco bajo qué criterios, sin que nos hubiera llegado el turno de pasar entre los pinchos, señales y metralletas.

¿Ante quién podemos recurrir? ¿Qué podemos hacer ante lo que parece un abuso y falta de recursos para resolver los asuntos sin molestias innecesarias para los ciudadanos teóricamente libres? /