El Atlético, sin merecerlo, deja otra vez con ocho negativos al Mallorca

El Atlético de Madrid, aprovechándose de la suerte y sabiendo apretar el. acelerador en el momento oportuno, volvió a dejar al Mallorca con ocho negativos, tras arrancar un empate poco merecido en el estadio Luis Sitjar. El partido, que fue considerado por Marcel Domingo como importantísimo ("si ganamos hoy conseguiremos el 50% de nuestra perma nencia"), mereció terminar con victoria isleña, fundamentalmente porque fue el Mallorca quien llevó todo el peso del partido, haciendo el desgaste y contando con las mejores oportunidades de gol. Durante la primera media hora, el Mallorca iriereció adquirir la sufl cíente ventaja como para que un desconocido Atlético de Madrid no tuviera el tiempo suficiente de equilibrar la balanza.Marcel Domingo fue sumamente valiente al alinear cuatro puntas (Verón, Orellana, Armstrong y Barrera) con el fin de asegurarse el partido lo antes posible. Esos cuatro puntas salieron a acosar a un Atlético de Madrid que durante los primeros 45 minutos estuvo siempre a merced del Mallorca, que realizó un portentoso y desgastador pressing en el centro del campo, con sus jugadores pegados materialmente a los jugadores atléticos. Mientras Sabido e Izquierdo se encargaban de anular a Hugo Sánchez y Pedraza, el resto de jugadores se empleaban a fondo para recuperar balones y acosar la meta de Pereira.

El planteamiento del técnico francés contó además con el magnífico gol de Arnistrong a los seis minutos. Quedaban 84 para marcar el gol que tenía que significar la tranquilidad. Pero el Mallorca tan sólo había conseguido 15 goles en los 1.800 minutos que se llevaban disputados de Liga.

Él Atlético esperó pacientemente a que los hombres de Marcel empezaran a desfallecer, víctimas de una táctica agotadora. Pese a no realizar en ningún momento un buen partido, dos de sus torres, Ruiz y Arteche, protagonizaron una jugada de pizarra y empataron el partido. El gol, de nuevo tras un córner (medio gol), llegó cuando al Mallorca se le acababa la cuerda. Faltaban 15 minutos, pero ningún mallorquín tenía ya fuerzas y aún pudo ganar el Atlético si no se le anula el gol de Pedraza por discutible fuera de juego.