Medio millar de personas, la mayoría antiguos centristas, comienza su acercamiento al PDP
Cerca de medio millar de personas, la mayor parte de las cuales fueron cuadros medios en la extinta UCD, han iniciado una operación de acercamiento al Partido Demócrata Popular (PDP), que preside Óscar Alzaga, con vistas a una inclusión escalonada en ese partido desde inicios de febrero hasta comienzos de abril. Ello parece poner fin, estiman fuentes del propio PDP, a la estrategia de crecimiento emprendida hace meses por la dirección democristiana.
Dos dirigentes de la Fundación Humanismo y Democracia, Carlos Moro -su director- y Ricardo Jerez, responsable de Educación en esa entidad y ex gobernador civil de Ciudad Real, han sido los encargados de mantener los contactos con ex militantes ucedista, de una docena de provincias, con vistas a su entrada colectivia en el PDP, aunque con algunas condiciones.Una de las peticiones de la denominiada plataforma de los 500 consiste en que el partido de Óscar Alzaga se abra a posiciones "que abarquen desde el centro-derecha al centro-izquierda", en lo que se considera un intento de .reequilibrar" la Coalición Popular, donde el PDP se alinea junto a APy a la Unión Liberal que encabeza Pedro Schwartz. Esta cierta apertura a la izquierda en el PDP quedaría consagrada, caso de tener efecto, en el próximo cotigreso del partido, que se celebrará en noviembre.
Espacio de centro
Con este reequilibrio se busca, admitieron medios del PDP, cubrir eÍ espacio político de centro que actualmente pretenden ocupar el Partido Reformista, de Miquel Roca y Antonio Garrigues, y el CDS, de Adolfo Suárez, limitando así a tan sólo dos las posibilidades electorales: socialismo o coalición de partidos burgueses, fórmula. ya ensayada en varios países europeos.La ausencia de nombres conocidos a nivel nacional parece ser la tónilza imperante en el colectivo que prepara su entrada en el PDP. Además de Moro y Jerez, figuran en este grupo personas como el ex consejero de Agricultura de la Diputación General de Aragón Luis Alfonso de Miguel, el primer teniente de alcalde de Ciudad Real, Javier Naharro, y el secretario de las Juventudes Centristas de Andalucía, Álvaro Fuentes.
En las últimas semanas se incorporaron al partido de Alzaga varios destacados miembros del grupo centrista en la asamblea andaluza, como Luis Merino, José Cuevas, Miguel Pino y Nicolás Linares, todos ellos incorporados al Consejo Político del PDP durante la reunión de este organismo el pasado fin de semana, junto con el ex presidente regional castellano-manchego Blas Camacho y el ex senador Alberto Ballarín, entre otros. Por el momento, ni Fernando Álvarez de Miranda (presidente de la Fundación Humanismo y Democracia) ni Migo, Cavero, dos de los más notorios democristianos de UCD, parecen tener intención de incorporarse al PDP. Al menos, mientras duren los trabajos de fiquidación de UCD, cuyo congreso de disolución se producirá probablemente este año.
Todas estas incorporaciones, confía la dirección del partido demócrata cristiano, reforzarán el papel de esta formación en la Coalición Popular, donde AP mantiene un claro papel hegemónico, tanto por su número de militantes como por su implantación regional. De acuerdo con la opinión reiteradamente expresada por Alzaga y sus seguidores, es imprescindible un reequilibrio de esta coalición hacía el centro. Al mismo tiempo, el PDP ensaya una política propia, un tanto al margen de la del partido de Fraga, en lo que respecta a comparecencias ante la opinión pública o ante el Parlamento Y en el capítulo de alianzas regionales.
Nada de esto significa, añade el PDP, que no se vaya a respetar la coalición con Alianza Popular ante las elecciones generales que se celebrarán previsiblemente a finales de 1985 o en 1986: "Simplemente, se trataría de que la coalición abarque un espectro político mayor que el que suponen los votos conservadores; es necesario ganar el centro".
Pese a los tradicionales recelos que los hombres de AP sienten hacia sus compañeros democristianos de coalición, se asegura que Manuel Fraga ve con buenos ojos tanto este intento de "alargarse hacia el centro" como los orientados hacia una rápida homologación del grupo de Alzaga en la Unión Europea Demócrata Cristiana (UEDC), donde el PDP no pudo entrar el pasado mes de noviembre por el veto de Unió Democrática de Catalunya y PNV, ambos miembros de ese organismo. En el PDP se confla, no obstante, en lograr el voto afirmativo de los democristianos catalanes en la próxima cumbre de la UEDC, en primavera.
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