Ante las perspectivas de un crecimiento controlado en EE UU, se inicia un proceso de reinversión
Durante los últimos seis meses, la economía americana estaba creciendo más rápido de lo deseado por la Administración, poniendo en peligro el mejor logro del presidente Reagan, es decir, la disminución de la tasa de inflación del 12%, en 1981, al 3 % esperado para 1983. Efectivamente, el fuerte crecimiento económico, unido a un déficit público de 190.000 millones de dólares, haría surgir brotes inflacionistas. Esta situación inició una crisis nerviosa entre los inversores, que temían un aumento de los tipos de interés. Estas preocupaciones son ahora menos agudas, pues, como hemos dicho, el ritmo de crecimiento económico ha disminuido sensiblemente. Hay razones suficientes para pronosticar un alza del mercado por encima de 1.300:1. La posibilidad de una baja en los tipos de interés.
2. Las buenas perspectivas en las publicaciones de beneficios por parte de las compañías.
3. El mercado de valores sube con la participación de blue chips y valores secundarios.
4. El volumen de contratación es el necesario para conseguir nuevos máximos.
Por otra parte, el dólar americano alcanzó esta primera semana del año nuevos máximos frente a la peseta, el marco, el franco suizo y la libra esterlina, a pesar de no haber nuevas razones que justifiquen su fortaleza. Los inversores siguen favoreciendo al dólar a pesar de la baja de los tipos de interés en los últimos días. En opinión de muchos analistas, este empuje del dólar puede estar relacionado con las fuertes alzas de la Bolsa de Nueva York. Sin embargo, la opinión de Shearson American Express en su resumen semanal es la de que los fundamentos no justifican la carrera alcista de la divisa americana, por lo que no sería de extrañar un ligero retroceso en su cotización.
Los inversores institucionales y portfolio managers de Walls Street han empezado el año con una muy buena disposición compradora. La toma de nuevas posiciones está siendo muy agresiva y ha ido acompañada de un volumen de contratación inusual. En la sesión del jueves, por ejemplo, el volumen durante la primera hora fue de 49 millones de acciones, superando el antiguo récord de 46 millones establecido en noviembre de 1982. La sesión terminaba con el Dow Jones 14 puntos en alza y el volumen de contratación haciendo un nuevo récord de 159 millones contra 149 millones.
Muchos portfolio managers que habían conseguido considerables beneficios sobre el papel en 1983 abandonaron el mercado durante las últimas semanas del año, con objeto de preservarlas. Ahora, con unas buenas perspectivas económicas para 1984, dichos inversores han iniciado un período de reinversión. La Bolsa, además, se ha visto beneficiada por la desaparición de las presiones vendedoras (por motivos fiscales), que normalmente ocurren al final del año.
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