Municipios de la margen derecha del Júcar piden medidas técnicas frente a las riadas

Municipios de la margen derecha del río Júcar están tramitando en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación un plan especial de obras para evitar los efectos de las aguas de riada, que con cierta frecuencia asolan sus términos municipales y especialmente los campos cultivados.El plan va dirigido a una amplia franja litoral de terreno situada entre la desembocadura del río Júcar, en Cullera, y el pequeño río de Xeraco, más al sur. Las aguas de inundación afectan a esta zona de forma indirecta, ya que el cauce del río queda lejos, pero por tratarse de terrenos de marjal, algo pantanosos, cuando el mar no acoge normalmente el agua de las riadas, ésta se extiende por el terreno. La riada de octubre de 1982 afectó solamente a su zona más septentrional.

El plan afecta a una extensión de 4.570 hectáreas de los términos municipales de Cullera, Tabernes de Valldigna y Xeraco, así como a una pequeña parte del municipio de Favareta. En los dos primeros, la superficie considerada por el plan supone más de 1.800 hectáreas cada uno.

De acuerdo a esta proporción, el Ayuntamiento de Cullera tiene que aportar a su financiación 625 millones de pesetas; Tabernes de Valldigna, 406 millones, y Xeraco, 415 millones. Con esta nueva ordenación de la infraestructura se busca una mayor capacidad de los desagües de colectores, recuperar la profundidad de zonas que han sido cubiertas por el arrastre de materiales de lluvia y poner en condiciones los aliviaderos situados en puntos que vierten en el mar.

La margen derecha del Júcar corresponde con el final de los arrozales que rodean el lago de la Albufera de Valencia y el comienzo del cultivo del naranjo.