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Guatemala, reacia a pagar indemnizaciones por el asalto a la Embajada española

La reticencia de las autoridades guatemaltecas si pagar reparaciones e indemnizaciones por el asalto a la embajada española, efectuado hace casi cuatro años, supone la principal y prácticamente única dificultad para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países, según fuentes próximas a la negociación.

Las conversaciones celebradas el miércoles en Bogotá, auspiciadas por el presidente colombiano Belisario Betancur, y en las que participaron los embajadores español y guatemalteco en la capital colombiana, han supuesto la tercera ronda negociadora entre los dos países. Las primeras conversaciones se mantuvieron en secreto, por acuerdo de ambas partes, en Nueva York, en septiembre del año pasado, y en París, durante diciembre del mismo año.La parte española considera "indispensable" el pago de estas indemnizaciones, a lo que se opone el Gobierno de Guatemala, que no quiere ni siquiera que en el texto en el que se anuncie el posible restablecimiento de relaciones diplomáticas figuren palabras como "reparaciones" o "indemnizaciones". Sin embargo, los guatemaltecos han aceptado ya que el asalto por la policía de la delegación diplomática española, el 31 de enero de 1990, supuso una violación de la Convención de Viena y admiten "las responsabilidades derivadas de ello".

Las conversaciones, iniciadas a petición de Guatemala, se han desarrollado principalmente en el ámbito jurídico y con el propósito de "salvaguardar la dignidad de ambos países". Las versiones optimistas sobre los resultados del encuentro de Bogotá no han sido corroboradas en medios cercanos al palacio de Santa Cruz, donde se ve muy difícil la reanudación de relaciones diplomáticas si no se acepta previamente el pago de indemnizaciones.

Otra de las condiciones españolas, aceptada por Guatemala, fue que no se cuestionara en absoluto el comportamiento del entonces embajador español, Máximo Cajal. El dictador guatemalteco de la época, general Romeo Lucas, declaró que la Embajada español colaboraba. con la oposición a su régimen e incluso con la guerrilla lo que fue negado por Máximo Caja¡ y por el. Ministerio español de Asuntos Exteriores.

Cajal fue el único superviviente del incendio que destruyó la Embajada española, en el que murieron 39 personas, entre ellas el secretario de: embajada Jaime Ruiz del Árbol. Actualmente, Máximo Cajal desempeña el cargo de embajador en Estocolmo y hace unos días fue nombrado jefe de la delegación española en la Conferencia sobre Desarme en Europa, que comenzará en la capital sueca el próximo día 17.

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