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La Administración importará 10.000 toneladas de porcino para controlar los precios

Andreu Missé

Con la importación de 10.000 toneladas de carne porcina y la puesta en el mercado de otras 9.000 toneladas de vacuno de las 30.000 que constituyen las reservas del FORPPA, la Administración intenta controlar los precios de la carne, que en los últimos meses han experimentado un fuerte incremento. En noviembre pasado, algunas de estas subidas significaron incrementos de hasta el 50% en el precio de venta al público de determinadas clases de vacuno.

Estas medidas reguladoras ya han hecho surtir sus efectos como lo revela la rebaja del precio del añojo de segunda, que ha pasado de 416 a 400 pesetas/kilógramo, que es el tipo referencial del vacuno. Los sectores sectores que han registrado mayores alzas son el vacuno y el avícola, precisamente los más dependientes de las importaciones de cereales.Pero la Administración confía en poder garantizar el pleno abastecimiento sin que se disparen los precios.

La Administración ha autorizado la importación de 10.000 toneladas de porcino para frenar la escalada de los precios que está registrando este sector en los últimos meses. La decisión, que se aplicará próximamente, obedece al creciente encarecimiento del porcino. En los últimos días éste ha llegado a cotizarse a 219 pesetas/ kilógramio, es decir, 19 pesetas por encima del precio de intervención superior, que es de 200 pesetas/kilo gramo.

Las existencias de porcino del FORPPA se liquidaron ya en septiembre pasado cuando la Administración puso a la venta las últimas 2.000 toneladas que le quedaban en Sus almacenes. Las reservas disponibles de esta carne para 1983 fueron de 6.000 toneladas, una cifra muy inferior a las 35.000 toneladas de 1982.

Durante las últimas semanas la Administración venía permitiendo. este sobreprecio, de, 19 pesetas en el porcino" con el propósito de compensar a, los ganaderos del excesivo encarecimiento del precio de los inputs, principalmente piensos, que intervienen en la alimentación animal. En efecto, cuando cm marzo pasado se fijaron los precios agrarios para la presente campaña, la Administración, se comprometió a no permitir una subida de los piensos superior al 15%, tomando como base el acabado de porcino. Recientemente en la negociación de los nuevos precios, la propia Administración ha reconocido que el encarecimiento real de los piensos que intervienen en este sector ha sido superior al 20%, motivo por el cual ha tolerado los sobreprecios en este tipo de carne.

No obstante, esta fórmula compensatoria tampoco ha sido recibida con excesiva satisfacción por las organizaciones agrarias, que han señalado qué los verdaderos beneficiarios de la misma, al igual que de la reducción del Impuesto sobre Gravámenes Interiores, no han sido los ganaderos sino los fabricantes de piensos ,ya que el 70% del sector se halla en régimen de integración .Es decir, la mayor parte del ganado porcino pertenece a los fabricantes de piensos que son quienes corren realmente, con los riesgos de las alzas y las bajas del mercado mientras que los ganaderos actúan como meros empleados que aportan sus instalaciones,y trabajo a cambio de una cantidad fija por animal criado.

Para moderar los precios, del vacuno la Administración, ha situado en el mercado la semana pasada en Madrid y la próxima en Barcelona - unas 4.000 toneladas de cuartos traseros congelados.Paralelamente has distribuido otras 5.000 toneladas, de cuartos delanteros entre las industrias cárnicas que la adquirirán como sustitutiva del porcino, de la que existe una manifiesta escasez.

Los precios pagados por los consumidores registran alzas mucho más pronunciadas que los que perciben por los ganaderos, debido al efecto multiplicador que introdujo en los intermediarios. En este sentido hay que destacar la existencia de un auténtico minifundismo empresarial en la comercialización de la carne.

La supervivencia de multitud de pequeños establecimientos familiares con un pequeño volumen de negocio sólo puede explicarse a causa de las amplios- márgenes comerciales que operan en el sector.

Crisis avícola

El sector avícola es uno de los que más ha acusado el encarecimiento de los piensos al registrar alzas superiores al 40%, a causa de la elevada participación de los productos de importación como el maíz y la soja en su composición. Durante los últimos 18 meses el subsector de gallinas ponedoras ha trabajado a precios por debajo del coste con unas pérdidas de casi 500 pesetas por animal durante este período. A consecuencia de dicho desequilibrio este subsector se ha endeudado de forma alarmante y la Única reacción de autodefensa que se, ha constatado ha sido una significativa contracción del "parque" de gallinas ponedoras, que a pasado de 49 millones de unidades a finales de 1982 a los 46,5, millones actuales.Los representantes del sector admiten, que no se puede achacar toda la crisis al encarecimiento de los piensos sino que en buena medida estos desequilibrios

han originado por el mimetismo de los propios avicultores, quienes,tras los éxitos alcanzados ,los años 1979 y 1980en que se amasaron grandes fortunas se lanzaron a ampliar sus granjas en un 50 , hasta en un 100 % y sin criterio alguno y desbordando las previsiones más, optimistas.

A las tensiones originadas- por el desajuste entre producción y consumo

y el disparo de los precios hay que añadir la distorsión que introducen las multinaciónales, que con un mayor potencial financiero están mejor equipadas para soportar pérdidas coyunturales a cambio de ganar cotas de mercado.

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