Fraga fue recibido por el Papa y se entrevistó con el presidente general del Opus Dei

Manuel Fraga Iribarne ha celebrado en Roma, en las últimas 48 horas, toda una serie de entrevistas privadas pero importantes en el mundo de la alta diplomacia vaticana. Empezó con un encuentro con el presidente general del Opus Dei, Alvaro del Portillo, y terminó con una conversación de media hora con el papa Juan Pablo II en su biblioteca privada. En medio de estos dos encuentros, Manuel Fraga estuvo una hora con el sustituto de la secretaría de Estado, el arzobispo Eduardo Martínez Somalo; con el secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli; con el secretario púa los Asuntos Públicos de la Iglesia, Achile Silvestrini; con el prefecto de la Congregación de Obispos, cardenal Sebastiano Baggio, y con el nuevo prepósito general de la Compañía de Jesús, el holandés Kolvenbach.

Al final de sus encuentros eclesiásticos, Fraga reunió a todos los corresponsales españoles en uno de los mejores restaurantes romanos para una conversación informal, en la que fue muy prudente por lo que se refiere a sus entrevistas vaticanas y muy explícito en afirmar que en España todo va peor después del cambio. La convocatoria a los periodistas fue cursada desde Madrid por Carlos Robles Piquer, ex embajador en Italia, que viajó también a Roma con el presidente de AP.Insistió una y mil veces en que no iba a hablar de sus conversaciones con el Papa ni con los hombres de la curia y que cualquier tentativa de contraponer su encuentro con Juan Pablo II con la audiencia que éste concedió hace unos meses al presidente Felipe Gronzález estaba fuera de sus cálculos. "Nosotros", dijo, "a la Iglesia la servimos y no nos aprovechamos de ella". Y añadió: "Soy católico y espero morir cató1,ico". Afirmó, no obstante, que el diálogo con el Papa se desarrolló, por deseo explícito de Juan Pablo II, en castellano. Agrego5 que después de la audiencia con el Papa y las entrevistas con altos cargos del Vaticano se sentía confortado y alentado.

Según Fraga, existe en todos los personajes que encontró una identidad de opiniones acerca del proceso de secularización en España, y mucho "interés sobre los grandes temas que se están debatiendo hoy en España". A la pregunta de EL PAIS de si había notado además de interés "preocupación" en las altas jerarquías vaticanas sobre los temas que él condena al Gobierno socialista, respondió que "entre ocupación y preocupación no existe distinción".

Sin mejoría

A la pregunta acerca de si con Felipe González las relaciones de España con el Vaticano han empeorado dijo: "Como gallego, debería decir que no han mejorado". Y añadió: "Por otra parte, sería imposible que pudieran mejorar".De toda la conversación se pudo deducir que Fraga se autoimpuso un silencio absoluto sobre sus encuentros en Roma, o bien que el Vaticano se ha limitado a escucharle, pero sin darle material para que el líder de la oposición española pudiera comprometerle.

En lo que sí fue muy explícito es en que es partidario de la pena de muerte en ciertos casos, en que el aborto equivale a "asesinar a un niño" y en que hoy la mayoría de los españoles, contra lo que puedan opinar todos los sondeos publicados por la Prensa, "está profundamente desilusionada" con el cambio que supone tener a los socialistas al Gobierno.