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El congreso del PCE aprueba el informe de Iglesias sobre su gestión por, 10 votos de margen

Tras una dramática votación, el XI Congreso del Partido Comunista de España aprobó anoche, por la escasa mayoría de diez votos sobre un total de 787, el informe de gestión presentado por Gerardo Iglesias, lo que podría considerarse como un indicio, aunque no seguro, de lo que puede ocurrir en las venideras votaciones del próximo domingo para el nuevo comité central y secretario general. Pese a las declaraciones hechas apenas dos horas antes, en el sentido de que "aceptaría el resultado del congreso, fuese cual fuese", Carrillo calificó de "trampa" el resultado de la votación, dijo que no coincidía con su propio recuento, e impugnó el resultado.

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La tensión contenida durante los largos minutos de recuento estalló, finalmente, cuando el presidente del Congreso, Julio Anguita, leyó los resultados, 386 votos a favor, 376 en contra y 25 abstenciones. Aplausos y silbidos, que culminaron con un unánime grito de P-C-E y el canto de La Internacional culminaron la jornada de ayer, que no ha hecho nada más que prolongar la incertidumbre acerca de cual será el futuro del partido.El clima de enfrentamiento fue patente durante la jornada de ayer, a lo largo de las intervenciones previas a la votación, en las que representantes de las diversas delegaciones atacaron o defendieron, siempre calurosamente, el in forme presentado por el secretario general en la jornada inaugural del miércoles. En un resumen final, previo a la votación, Iglesias admitió algunas de las críticas. a su informe pero rebatió varias afirmaciones previas de Carrillo (sin citarle jamás por su nombre), especialmente en lo referente a los ataques del ex secretario general al -PSOE, cuya política calificó como "más derechista que la de UCD". "No podemos venir diciendo que con Calvo Sotelo vivíamos mejor que con Felipe González", replicó Iglesias, ganándose con ello algunos silbidos provenientes de las carrillistas, delegaciones valenciana y madrileña. "Sería un despropósito decir que el 28 de octubre marca un giro a la derecha", añadió, para a continuación, tratar de equilibrar la balanza señalando las evidententes contradicciones internas", de los socialistas.

Descontando la votación, lenta y a mano alzada, la máxima expectación de la jornada de ayer se centró en la intervención de Santiago Carrillo, quien rebatió el informe pr esentado el miércoles por Gerardo Iglesias. Carrillo comenzó haciendo un canto al futuro de unidad del partido: "Cualquiera que sea la decisión de este congreso, la acataremos", dijo, aunque expresó inmediatamente sus dudas acerca de si la actual mayoría en el comité central, es decir, los gerardistas, serán tan disciplinados y aceptarán un resultado adverso en el congreso. El ex secretarlo general se volcó luego en un ataque excepcionalmente duro contra la política internacional y económica del PSOE.

La desconfianza mostrada por Carrillo, impugnando la votación al informe de Iglesias, por estimar que el recuento le había sido en realidad favorable, se mostró injustificada: tras dos horas de tensa reunión de la mesa del Congreso, ésta emitió una nota, señalando que todo había sido un error y confirmando la validez de los datos oficiales y, por tanto, los diez votos de diferencia.

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