Martín Vázquez y Sanchis ganaron sus primeras 130.000 pesetas con el Real Madrid
Rafael Martín Vázquez aprobó COU, tiene pendiente la selectividad, que suspendió en septiembre, y quiere ser profesor del INEF; Manolo Sanchis estudia primero de Telecomunicaciones. Ambos tienen 18 años. Con la prima del triunfo en Murcia -algo más de 130.000 pesetas- ya han ganado la quinta parte de la ficha anual de un contrato que hasta hace un par de semanas no habían firmado. No podrán jugar la Copa en Sabadell, al haber participado ya con el Castilla en este torneo, pero pueden alternar partidos de Liga con el Madrid y el filial hasta un tope máximo de diez.
"En tres horas he cogido el teléfono más de 25 veces", decía ayer Sanchis. Hace cinco temporadas que pertenece al Madrid, y ha pasado por todos los eslabones de la entidad, desde que comenzó en edad infantil en el torneo social. Y afirma que su padre, el célebre defensa internacional de las medias caídas y el gol a Suiza en el Mundial de Inglaterra, "se enteró de que había firmado con el Madrid cuando yo se lo dije". Hace especial hincapié en ello. Quiere evitar esa posible imagen de niño de padre famoso que con el apellido se ha abierto paso. Tras verle jugar en Murcia, evidentemente no necesita recomendación de nadie. Ni siquiera de su padre.Cuatro años hace que Martín Vázquez es de la Casa. Son muchos en el Madrid quienes se atribuyen el ojo clínico de haber visto en él la próxima e inminente gran figura del asunto futbolístico español. Tampoco hay que ser muy experto para percatarse, en el acto, de su calidad. Ninguno quiere hablar de dinero. Sanchis asegura en plan desenfadado que "puedes poner que gano menos que Lozano". Hasta hace unas fechas no había firmado contrato. Al igual que Martín Vázquez y la mayoría de compañeros del Castilla. Sanchis lo hizo en una cartulina profesional, por tres temporadas. Va a pasar de unas 800.000 pesetas a algo más del millón en estos tres años. Martín Vázquez, aún en edad juvenil, firmó como amateur, con cantidades muy similares.
En el Castilla les quedan limpias, tras los correspondientes descuentos, unas 51.000 pesetas mensuales. Y de primas 17.000 por ganar en el Bernabéu y empatar fuera, y 35.000 por la victoria a domicilio. Con los tres equipos filiales -Bilbao Athlétic, Atlético Madrileño y Barcelona At-, y Rayo Vallecano tienen prima doble. Y la propia plantilla eligió al Castellón como quinto equipo con premio doble. El Castellón ha sido el único equipo que ganó esta temporada en el Bernabéu. Cuestión de mala suerte, aunque hace poco todos echaron cuentas y se percataron de que habían ganado ya unas 400.000 pesetas en primas, que viene a ser lo que logran de media cada año a final de temporada. Con la pequeña diferencia de que en esta aún no han llegado a la mitad.
Son dos de las cinco partes de que se compone la ya famosa quinta de El Buitre. El resto del póker cuyas actuaciones debieran obligar a los técnicos del Madrid a dejar a un lado viajes de espionaje más allá de los límites de la Ciudad Deportiva son, a saber, el centrocampista Michel -un dechado de virtudes técnicas-, el extremo Pardeza -la muleta ofensiva de la parte izquierda que desde hace ya muchos años no tiene el primer equipo-, y, por supuesto, Butragueño, el ariete de los 18 goles.
No pueden jugar la Copa
Los aficionados madridistas se preguntan ahora qué va a pasar con los chavales. Sólo parece haber una respuesta inteligente. Con la reglamentación en la mano, el Madrid puede utilizar a Sanchis, Martín Vázquez y el resto de jugadores que precise del filial en cualquier momento, alternando sus actuaciones con el Castilla. En el momento en que alguno de ellos llegue a jugar diez partidos con el primer equipo, ya no podría volver a bajar al cuadro de segunda. En la Copa del Rey, sin embargo, no podrán ser utilizados por Di Stéfano, al haber jugado ya con el Castilla este torneo, en el que ya eliminaron a un Primera, el Betis.Di Stéfano elogió la actuación de los dos chavales, aunque aseguró al final que "una golondrina no hace verano". Pero lo cierto es que el fútbol del equipo madridista dejó de ser aburrido por vez primera en varios años. Las inclusiones de las dos promesas castillistas tuvieron la virtud de dotar al Madrid de una verticalidad en sus acciones de la que adolece desde hace mucho tiempo.
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