Felipe González,
presidente del Gobierno, ha adoptado la costumbre de bajar a la cafetería existente en el complejo de la Moncloa para el personal de seguridad y confraternizar de modo improvisado con los agentes. Suele suceder, sobre todo, algunos domingos y días de fiesta, en los que Felipe González tiene algún rato libre. La presencia del presidente se produce sin previo aviso, y el rato de conversación se suele desarrollar informalmente, con bromas y comentarios intrascendentes. El personal de seguridad de la Moncloa está encantado con estas muestras de confianza del jefe del Gobierno.
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