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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Película imperfecta

Si en una quema desaparecieran sus otras películas y Crinen perfecto fuera la única obra de Alfred Hitchcock que pasara a la posteridad, ésta no tendría demasiada buena opinión del cineasta inglés. Un obseso de la perfección sería considerado como un director imperfecto.El filme Crimen perfecto se basa, casi al pie de la letra, en una comedia teatral policíaca, muy ortodoxa dentro del estilo deductivo y con trampa final, de Frederick Knott. No es una buena comedia, porque el peso muerto del artificio puede con la originalidad de la intriga, y Alfred Hitchcock, al reproduciría casi literalmente, no supera en el filme este defecto de origen.

Tiene el filme, eso sí, momentos de extraordinaria brillantez en el campo específico de la realización, pues Hitchcock saca un insólito partido de ciertas situaciones al convertirlas en imágenes. Hay uno, de entre ellos, que merece anotarse, porque entra con todo derecho en la mejor iconografía del arte de Hitchcock en sacar jugo de los objetos.

Se trata de la secuencia del asesinato frustrado en que la víctima iba a ser Grace Kelly y la inesperada presencia de unas tijeras invierte la situación y hace de la víctima la homicida. La brutal, secuencia sigue la graduación, característica del cine de Hitchcock, de los ascensos del hilo de atención por métodos de dilación de la acción, o suspense. En escenas previas, el director nos ha preparado para el plato fuerte, y cuando éste llega, el espectador está ya suspendido.

Luego, Hitchcock ahonda en esta emoción pasiva, en este estar en vilo del espectador, y comienza a darle datos visuales cada vez más inquietantes: la presencia oculta del asesino en el apartamento, una llamada telefónica, la víctima que abre la puerta de su cuarto y se dirige al teléfono, el brusco juego de luz y sombra de la luz del dormitorio proyectada sobre la penumbra de la sala, el silencio al otro lado del auricular y, finalmente, la aparición del estrangulador que atrapa el cuello de la mujer.

El espectador respira: ya ha acabado todo, pero ahí entra en juego el dominio de Hitchcock sobre las emociones del espectador, porque el forcejeo sigue, el estrangulamiento progresa y la acción experimenta de improviso un brusco y violento giro. La cámara se sitúa detrás del agresor y su víctima y se fija allí. Una mano abierta de Grace Kelly se hace con el centro de la pantalla, como eje hipnótico de la imagen, la mano se cierra agónica sobre unas tijeras que hay encima de la mesa. Y se consuma la inversión de la acción.

Un solo plano vale por todo el filme, que es divertido, tenso y con apuntes del Hitchcock mayor en la relación triangular entre Ray Milland, Grace Kelly y Robert Cummings, que permite al irónico inglés algunos escarceos superficiales en su habitual pesimismo sobre el matrimonio.

Crimen perfecto se emite hoy a las 22.30 por la primera cadena.

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