La RFA sólo aumentará su contribución a la CEE cuando se solucionen los problemas
El ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA), Hans Dietrich Genscher, informó ayer a las autoridades españolas; que su Gobierno, con el apoyo del Parlamento en Bonn, ha decidido unir inseparablemente lo que tendrá que ser un aumento de los recursos propios al presupuesto de la Comunidad Económica Europea (CEE) a la ampliación de España y Portugal. Esta decisión, que será la postura formal alemana en la cumbre de los diez, que comienza en Atenas el domingo, supone un rayo de esperanza para las aspiraciones españolas de concluir la fase negociadora en 1984.
El ministro germano occidental, que se entrevistó con el Rey, el presidente del Gobierno y con su colega Fernando Morán durante las ocho horas que permaneció en Madrid, confirmó en conferencia de prensa la posición de Bonn de que la entrada de España y Portugal será simultánea a una solución del paquete de medidas que tiene pendiente la Comunidad para resolver sus propios problemas internos, y que numeró en cuatro: la reducción del aumento de los gastos agrícolas, la ampliación del mercado interno mediante nuevas políticas fiscales, la ampliación de la CEE a España y Portugal y el aumento de los recursos propios como contribución al presupuesto de la Comunidad.Al ser este último aspecto en el que países como la RFA y el Reino Unido son los llamados a contribuir en mayor proporción, puede interpretarse que, sobre todo Bonn, tiene la llave para que el resto de los problemas entren en una vía de solución, en especial el de la política agrícola. Para España, que aspira a entrar en la CEE cuando todos los problemas internos hayan sido resueltos, la decisión alemana supone que Francia tendrá que flexibilizar su oposición a la entrada de España, por razón de la competencia de los productos agrícolas mediterráneos, si quiere contar con el dinero alemán para la reforma general del capítulo agrícola.
Temor a las represalias
La tesis francesa de negociar primero una reforma de la política agraria para incluir la protección de sus productos y luego hablar de las condiciones que habrá que poner a España para que pueda entrar con sus propios productos en la CEE -una forma de vetar la entrada española de momento- ha sido desbaratada por la RFA al exigir que todo entre dentro del mismo paquete, porque de lo contrario Bonn no pagará un solo marco más al aumento necesario de los recursos comunitarios.
Así lo han entendido las autoridades españolas, que ayer, dentro de las cautelas necesarias, no ocultaban su euforia por el espaldarazo alemán a las aspiraciones de concluir las negociaciones probablemente durante la presidencia francesa -que empieza a darse cuenta de su posición cada vez más débil si sigue oponiendose al ingreso español- y acceder definitivamente, mediante la ratificación parlamentaria, para el 1 de enero de 1986.Genscher dijo también en conferencia de prensa que la RFA no pide nada a cambio, aunque dejó traslucir su interés porque España no tome represalias respecto de las exportaciones. de productos siderúrgicos alemanes, como presión ante las dificultades que los productos de acero españoles tienen en la Comunidad. "La CEE debe estar abierta a todas las democracias europeas y no po4emos pedir contrapartidas a aquellas que quieren entrar y todavía no han podido. Sabemos que habrá problemas financieros con el ingreso de nuevos miembros, pero también se producirán ventajas para la familia europea", afirmó.
Otro de los temas tratados con las autoridades españolas por Genscher fue el de la seguridad europea, y expresó su opinión de que la próxima semana en Bruselas, durante la reunión semestral de ministros de la OTAN, debe adoptarse una resolución de apoyo a la política negociadora seguida por Estados Unidos en el tema de los euromisiles.
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