La agricultura española será viable si se adapta a la evolución de la demanda y reduce costes

La nueva agricultura española necesita adecuarse a la evolución de la demanda de la sociedad, reducir el volumen de sus costes e integrarse dentro del complejo agroalimentario, que tiene cada vez mayor importancia, señaló Enrique Fuentes Quintana en la presentación del número monográfico de Papeles de Economía Española dedicado al sector primario.En opinión de Fuentes Quintana, la agricultura ha sufrido, en la etapa de alto crecimiento económico, el ajuste más duro y brutal de toda la sociedad española, y lo ha hecho sin protagonizar graves enfrentamientos sociales. Los agricultores, manifestó, no sólo soportaron que en dos décadas se redujera la población activa en el campo desde cinco millones de personas hasta poco menos de dos millones, sino que fueron capaces de aumentar la producción del conjunto del sector y duplicar la superficie destinada a riego. En otro momento, admitió que el modelo de crecimiento elegido ha producido distorsiones importantes, como es el caso de la alimentación ganadera, dependiente de los suministros exteriores de soja y maíz, que desequilibran la balanza comercial agraria española.

Los criterios básicos por los que deben movilizarse los nuevos agricultores son la adecuación de la producción agraria a la evolución de la demanda, porque parte de lo que se produce no se consume y, por el contrario, se sigue sin producir lo que se necesita. También hay que vincular la actividad agraria al sector agroalimentario para lograr que el porcentaje de participación del sector primario en el valor añadido final de la producción crezca por encima del 30%.