Dureza británica ante la negociación España-CEE

El gobierno británico insistía hasta ahora en que España no ingresaría en la CEE con la frontera con el Peñón cerrada. Actualmente los británicos, según fuentes comunitarias, quieren una garantía formal española de que se restablecerán todas las comunicaciones con el Peñón. Y ya no antes del ingreso, sino antes de aceptar cerrar el capítulo de las relaciones exteriores comerciales. Hasta ahora, con una diplomacia sutil, esta demanda se hace en voz baja, "y el problema no es grave por el momento, pero puede serlo si se aceleran las negociaciones de ingreso", comentó una fuente comunitaria.La declaración de Morán de que pensaba acudir al reglamento comunitario 288 para mantener restricciones en la frontera con el Peñón después de la adhesión ha causado "convulsiones" entre los medios diplomáticos británicos. Éstos, además, no olvidan que en su libro Morán afirmaba que "el Tratado de Roma obliga a la libertad de comunicación, pero no obliga a que la frontera sea precisamente terrestre... y la comunicación por mar se mantiene".

Esta interpretación es rechazada en medios especializados de la Comunidad Europea. El reglamento 288 regula los productos que no han quedado liberados por la CEE frente a terceros países, y entre ellos figura Gibraltar para las listas de Francia e Italia,sin que se le aplique ningún producto en concreto. Este reglamento se revisa de cuando en cuando, y los países de la CEE implicados tienen que justificar sus demandas de restricciones cuantitativas. Gibraltar no produce nada y, por tanto, estos medios de la comisión piensan que España no podría discriminar a Gibraltar, que es territorio comunitario, aunque no esté integrado en la política comercial. España tendría que aplicarle las mismas condiciones que a otros países del GATT. Es más, según la interpretación de los servicios técnicos de la comisión "hay que abrir las fronteras terrestres, al menos para los productos liberados".