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80.000 nuevos militantes en un año

A los dirigentes de Alianza Popular se les ilumina la cara cuando se les pregunta por el incremento de la militancia. Sin ningún tipo de resistencia, los que han vivido cinco años en un partido que no recogía más que bajas en sus filas y fracaso tras fracaso en las elecciones, se apresuran a presentar como un triunfo la cosecha acumulada desde que, en las elecciones de Andalucía de 1982, AP demostró que podía ser algo más que un partido regionalista agrupado en torno a un líder galego coma ti.El 23 de mayo de 1982 marcó el punto de inflexión en la derecha. Tránsfugas de UCD se apresuraron a seguir el ejemplo que pocos días antes les habían ofrecido Miguel Herrero de Miñón, Francisco Soler Valero y Ricardo de la Cierva, abandonando el barco centrista a la deriva e instalándose en naves más seguras. Y ello aún hoy se nota en Alianza.

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De los 140.000 afiliados con los que el secretario general de AP asegura que cuenta el partido en estos momentos, 80.000 lo son desde que el PSOE ganó las elecciones el 28 de octubre de 1982, y de ellos, el 20% corresponde a rezagados de UCD: aquellas personas que, hasta ese día, aún seguían pensando que la derrota del partido que se mantuvo en el poder desde 1977 no iba a ser tan estrepitosa. Antes de esa fecha, el grueso de militantes le había llegado a AP de centristas algo más madrugadores.

Estas incorporaciones y el espectacular incremento de militantes han supuesto que el actual equipo dirigente pueda emplearse a fondo en la renovación. En las provincias donde los cargos electos habían recaído en los veteranos, entre otras razones, porque hasta fecha bien reciente había muy poca gente joven militando en AP, Javier Carabias, Jorge Verstryrige y Abel Matutes han caído sobre sus cabezas sin recato a los estatutos. "Si un veterano se resiste, amparándose en la legalidad de su cargo, se le quita sin más. En general, hemos comprobado que quienes más se aferran a los estatutos son los más reacios al cambio dentro del partido", dijo un dirigente aliancista.

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