El candidato catalán de AP, Eduard Bueno, pide tiempo para ponerse al día en política

Eduard Bueno Ferrer, el recién designado candidato de Alianza Popular (AP) a la Presidencia de la Generalitat, aseguró ayer que sea cual fuere el resultado de las elecciones autonómicas de la próxima primavera, su partido no pactará nunca con los socialistas, de los que se considera principal alternativa también en Cataluña.

Ésta fue la única afirmación clara y rotunda de Bueno en su presentación a los medios de comunicación después de ser designado por su partido para encabezar la candidatura. Para cualquier otra cuestión, Bueno solicitó humildemente que se le concediera tiempo para estudiar el programa de su partido, porque, según explicó, hasta ahora nunca se ha dedicado a la política y no está todavía en condiciones de explicar los criterios de AP sobre cuestiones concretas, como se le pidió reiteradamente.Las ambigüedades de estas respuestas alcanzaron, no obstante, a cuestiones nada baladíes. El señor Bueno calificó de "positiva" la gestión del Gobierno Pujol, por ejemplo. Poco después dijo, sin embargo, que "hay un cansancio en el electorado, muy definido; se han cometido graves errores y el país está al final de la tolerancia". La definición de qué errores, qué cansancio y qué tolerancia fue remitida para más adelante.

Con la misma indefinición respondió a las preguntas sobre su concepción de Cataluña, que es la principal diferencia ,entre AP y Convergéncia Democrática (CDC). El candidato aliancista dijo que "Cataluña es una tierra, nuestra tierra. Que si nación o región, nos interesan las cuestiones semánticas, sino que Cataluña progrese".

La imagen catalana de AP

Tanto el presidente regional de AP, Julio Segura, como Eduard Bueno, realizaron esfuerzos para remarcar la catalanidad y autonomía de decisión de su partido. Segura desmintió categóricamente que el candidato haya sido elegido directamente por la dirección estatal del partido. La presencia en Barcelona del secretario general, Jorge Verstrynge, la tarde del jueves, fue calificada por Segura como una casualidad que no había incidido para nada en la decisión adoptada la misma tarde.