Renato Casarotto, un montañero de elite que prefiere escalar en solitario
Renato Casarotto es un fuera de serie del alpinismo mundial que prefiere escalar en solitario antes que formar parte de grandes expediciones. "Solo, sientes la montaña con más intensidad, es una satisfacción casi de fantasía". Llegó al montañismo a los 19 años y entre sus éxitos figuran la conquista del Huascarán (Perú) por la pared norte en tan sólo 17 días, el Fitz Roy (Patagonia) por el pilar noreste y el Broad Peak (Pakistán) en 10 días.
Casarotto pertenece a la buena escuela del alpinismo italiano. Él, sin embargo, no quiere comparaciones, y cuando se le pide que diga las diferencias entre Messner, otro montañero amante de la soledad, contesta mencionando sólo sus cualidades: "Es una diferencia de base. Hay quien le gusta el hielo u otras formas que presentan las montañas. A mí me gusta la montaña en todas sus formas. Subir a la cumbre es importante, pero no siempre el resultado es lo mejor de una escalada. A mí no me interesa una cosa fácil. Me interesa la incógnita".Renato Casarotto es un hombre de 35 años que ve en la escalada en solitario una forma de vida, y para el cual no hay una montaña imposible. No es un hombre al que los estudios le hayan ido muy bien. Pero la lectura le ha servido para adquirir una amplia cultura general. Responde muchas veces con filosofía. Dice que estar solo en la montaña -a veces le acompaña su mujer, Goretta- le permite pensar en la realidad del mundo, aunque luego se contradiga añadiendo: "Busco algo casi de utopía. La soledad no me mata poco a poco. Todo lo contrario, me abre un horizonte más grande".
Niega que en algún- momento le hayan tildado de loco. "Al contrario. Un hombre que realiza gestas como las de alcanzar una cima en un día, cuatro días, siete, 10 o 17 días, nunca puede estar loco. Para realizar eso se necesita un desarrollo del equilibrio muy grande. No hay lugar para la locura en medio de una montaña. Con estas ascensiones se conoce uno más intimamente".
Mayor precaución
Enamorado de la montaña, de la soledad y de la vida, Renato Casarotto quiere intentar el próximo año, en compañía de un alpinista español, Jerónimo López subir montañas americanas. "Quiero ir a Alaska y al centro de Estados Unidos, California, Colorado y Utha"."Por supuesto que resulta duro y peligroso cualquier ascensión en solitario y una prueba de ello es que son pocas las personas que lo hacen", afirma Renato Casaiotto. "Subir en solitario", agrega, "conlleva que uno debe autoasegurarse mucho más, lo que requiere una preparación mejor, pero pienso que para lograr la emoción total, para buscar una sensación nueva, muy difícil de obtener en la vida diaria, es preciso que sea así. Además, cuando subes sólo dependes de ti mismo, de tu capacidad y de tu experiencia, lo que hace que uno se vuelva más precavido hasta llegar incluso a controlar el peligro con un, llamémosle, sexto sentido", manifestó Casarotto a Carmelo C. Ridroejo, a su paso por Pamplona, primera ciudad española visitada por el italiano.
Este solitario del alpinismo dice que "es importante tener miedo porque es sinónimo de mayor cautela; el subconsiente siempre te dice el máximo al que puedes llegar y logras saber que si avanzas un metro más puedes no contar la historia completa". Piensa que la tecnología de los materiales actuales no influye sustancialmente en el éxito. "Es algo psicólogico. Cuando compras una cuerda de tal marca parece que te sientes más seguro. Hace 50 años los alpinistas conquistaron cimas con un material increíble. Hoy, el material ha cambiado, ha mejorado, pero no es fundamental. El hombre debe usar el cerebro".
Casarotto prueba nuevos materiales, atuendos deportivos y redacta informes sobre el comportamiento de los mismos en la alta montaña. Y así desde hace seis años. "Vivir del alpinismo", afirma, "es muy difícil porque este deporte no es un espectáculo de masas y además porque se gana muy poco".
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