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André Laurens, 'animador' de 'Le Monde'

El director del diario parisiense reafirma la independencia de su medio y anuncia cambios en el mismo

Si el éxito es llegar a la cúspide en uno de los mejores y más prestigiosos medios de comunicación occidentales, André Laurens lo logró en 1982, año en que se hizo cargo de la dirección del diario parisiense Le Monde, tras ser elegido por sus propios colegas, según el peculiar sistema de gestión del periódico. Todo indica, no obstante, que André Laurens no mide el éxito por ese tipo de cosas. De hecho, la afabilidad y la evidencia de que es un hombre que sabe escuchar son los rasgos más sobresalientes de este periodista que ha estado en Barcelona invitado por la Alianza Francesa, de Sabadell y que explicó la realidad actual de Le Monde ante diversos auditorios catalanes.

Su aspecto no es el del típico periodista atareado y agresivo, aunque tampoco sugiere una imagen profesoral y reposada. Más bien, podría confundírsele con uno de esos hombres de negocios habituados a trabajar y viajar mucho.Comenzó a trabajar como periodista en 1958, en un diario regional ya desaparecido que tenla su sede en Mont pellier, y de allí dio el salto a París, donde trabajó durante tres años en una agencia informativa, antes de entrar a formar parte del cuerpo de redacción de Le Monde.

Allí fue, durante mucho tiempo, el redactor-jefe responsable del área de política interior francesa. Hasta que, en 1980, se inició un largo proceso de sucesión en la dirección del diario y él fue quien obtuvo, dos años después, la confianza de los redactores.

En un diario como Le Monde, que figura en el panteón mitológico de buena parte de los profesionales de la información de Occidente, los rumores acerca de las luchas internas en su redacción re visten ciertos caracteres épicos. Según los analistas de Le Monde -los hay, como hay sinólogos, kremlinólogos y vaticanólogos-, André Laurens fue la solución de compromiso entre el candidato conservador a la dirección, el antiguo corresponsal en Moscú, Jacques Amalric, y el candidato izquierdista o tercermundista, que era el anterior director, Claude Julien.

Independencia y críticas

Naturalmente, Laurens demiente con garbo tamañas especulaciones: "Lo que sucedió en 1980, al plantearse el tema de la elección de nuevo director, es que no había un sucesor claro. Según el sistema de Le Monde, cuya empresa son los mismos redactores, había que poner en marcha un proceso electoral, y el mismo procedimiento generó diversas tensiones. Ahora, terminada esa etapa, las tensiones han descendido muchísimo, y creo que hay un consenso sobre la estructura del diario y los valores profesionales que defiende".Además de las especulaciones acerca de su estructura interna, Le Monde ha hecho frente en los últimos tiempos a críticas por su supuesta toma de partido desde que el presidente Mitterrand y los socialistas están en el poder en París. André Laurens discrepa por completo de esta visión y afirma que "Le Monde hizo sus elecciones políticas háce ya mucho tiempo; en todo caso puede decirse que fue el electorado francés el que tomó partido de una manera inequívoca en los últimos comicios presidenciales y legislativos. Es verdad que, desde que venció la izquierda, el diario se encontró en la inhabitual situación de no estar asociado al poder, pero tampoco directamente en la oposición como en tiempos de Pompidou, y Giscard".

Es clarísimo que ninguna de esas posturas coincide con las concepciones periodísticas del director de Le Monde. "A lo que no renunciamos ni podremos renunciar", dice, "es a nuestra función natural de crítica del poder".

Otro de los rumores que han conmocionado recientemente a los seguidores de Le Monde fue el anuncio de que el diario rompía con su tradición de no publicar fotografías ni imprimir en color, con el lanzamiento de un suplemento semanal con características de revista. Pues bien, los puristas pueden respirar a medias. Le Monde ha renunciado al color y al formato de revista, pero iniciará en breve la publicación de un suplemento que incluirá fotografías.

"La renovación", según André Laurens, "es precisa para dar entrada y reflejo a ciertas caractensticas de la sociedad francesa que se hallaban un tanto ausentes del diario; además, tenemos que plantear la batalla a los medios audiovisuales y cambiar un poco nuestra imagen de diario estrechamente asociado a las actividades profesionales, económicas y políticas. Queremos ofrecer, por ejemplo, lecturas para el fin de semana y el ocio y pensamos que un nuevo suplemento adaptado a nuestros procesos de fabricación cumplirá ese objetivo".

¿Y qué siente un periodista al dirigir un diario como Le Monde? André Laurens se sorprende un tanto, de la pregunta, y al cabo de unos segundos responde con una ingenuidad que no puede ser otra cosa que sincera: "En la medida en que fui elegido por mis colegas, me siento orgulloso. También siento una responsabilidad un poco aplastante. A veces es también posible sentir un cierto placer profesional, pero fundamentalmente lo que me alegra es cumplir la función de animador de una comunidad de periodistas".

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