Las auditorías de las cavas de Rumasa, a punto de llegar a los postores

Las auditorías de las empresas champañistas pertenecientes al antiguo holding Rumasa, están a punto de llegar a los posibles compradores que han presentado sus cartas de intenciones a la Administración.Los grupos que han presentado carta de intenciones son Codorniu, Freixenet, la Federación de Cooperativas y Josep Maria Raventòs Blanc, antiguo gerente de Codorniu. Este último es la cabeza de un grupo de 23 partícipes.

Por el momento, la prolongación de la fecha de reprivatización de Castellblanch, Segura Viudas, Conde de Caralt y René Barbier, instaladas en Sant Sadurní, país del cava, supone para el Estado unas pérdidas de cientos de millones de pesetas, según afirman fuentes bien informadas de UGT. Estas pérdidas son consecuencia de la ausencia de una política de ventas, de una mala estructuracion empresarial, de una postura de desinterés y de aguantar hasta que la situación se normalice, que está degradando el ya maltrecho estado de estas empresas, según afirma el comité de empresa y Antoni Casanovas, presidente de la Federación de Cooperativas.

El atractivo de las cavas de Rumasa no es su actual rentabilidad sino otros aspectos. Para las cooperativas significa una posibilidad de asegurar sus cosechas de vino, intervenir en la fijación de los precios y escapar así del capricho de las casas champañistas. El presidente de la Federación de Cooperativas manifestó a este diario: "Nuestra perspectiva es llegar al propio embotellamiento y comercialización del vino. Nos interesan las empresas Rumasa porque tienen establecidas unas vías de comercialización". A Freixenet, que ya dispone de comercialización, le interesan, indica su presidente, Josep Ferrer, las instalaciones "para cubrir todas nuestras demandas".

Josep Maria Reventás y las cooperativas advierten que la compra por parte de Codorniu o Freixenet supondría una acumulación sin precedente en este sector, ya que en la zona del Penedès, donde se produce el 90% del vino de cava de España, de las 85 empresas que hay entre Codorniu y Freixenet producen el 80% del champán. Las antiguas cavas de Rumasa producían hasta ahora otro 10%. El 10% restante del champán le produce entre 80 empresas, continuación de la cava artesanal de tradición familiar.