Ana de Inglaterra,
hijade la reina Isabel II, ha confesado una de sus mayores frustraciones: no querría ser princesa, sino camionera. Su egregia madre, que ha visto cómo su nuera lady Di ha intentado romper con muchos de los rígidos protocolos de la corte, ha debido pensar que es preferible ver a un miembro de la real familia cogiendo en brazos a los niños de las guarderías o vistiéndose en las inmediaciones de Oxford Street, como hace la mujer de Carlos de Gales, que al volante de un Pegaso. De momento, Ana se conforma con conducir, y, al parecer, con destreza, los caballos de las reales cuadras.
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