Nelson Piquet, campeón mundial de Fórmula 1
Prost y Arnoux abandonaron en el Gran Premio de Suráfrica, que ganó Patrese ante De Cesaris y el brasileñoEl brasileño Nelson Piquet (Brabham-BMW) se proclamó ayer campeón del mundo de Fórmula 1 por segunda vez, al terminar en tercera posición en el Gran Premio de Kyalami, según informan las agencias de Prensa. Nelson Piquet, de 31 años de edad, fue campeón de] mundo durante toda la carrera, porque dominó ampliamente la misma mientras sus dos rivales, los franceses René Arnoux (Ferrari) y Alain Prost (Renault), tuvieron que retirarse muy pronto. Al final, para conservar su coche, Nelson Piquet bajó su ritmo y se dejó adelantar por su compañero Riccardo Patrese y por De Cesaris (Alfa Romeo). El austriaco Niki Lauda, con el nuevo motor Porsche Turbo en su McLaren, realizó una carrera espléndida, truncada a cinco vueltas del final cuando estaba a punto de colocarse en cabeza.
Nada más encenderse la luz verde del semáforo que autorizaba la salida, Nelson Piquet se colocó en primera posición. El triunfo era uno de los caminos para llegar a su segundo título mundial, y es el que escogió el brasileño. Para ello, imprimió un ritmo frenético, que nadie pudo seguir. Apoyado en una hábil táctica neumáticos-gasolina, y con una conducción precisa y tremendamente arriesgada, Nelson Piquet rodaba un segundo por vuelta más rápido que cualesquiera de sus rivales.La táctica de la escudería Brabham-BMW resultó un éxito. Bernie EccIestone, su director-propietario, dispuso que los coches de Nelson Piquet y Riccardo Patrese montaran unas ruedas especialmente blandas y muy poca gasolina en los depósitos. De esta forma, los Brabham BMW no serían capaces de resistir ni media carrera, pero sacarían ventaja a todos durante esa primera mitad y, además, llevarían a sus rivales a forzar sus mecánicas en el imposible intento de seguirles. Piquet y Patrese entrarían en boxes mucho antes de la mitad de carrera con una gran ventaja adquirida, para poner entonces ruedas y gasolina suficientes como para llegar hasta el final.
Eso fue exactamente lo que sucedió. Mientras el brasileño se marchaba irremisiblemente Patrese se quedaba para cubrir cualquier asalto de Alain Prost o de René Arnoux, los dos únicos aspirantes, con Piquet, al título mundial. Pero, en el intento de no quedarse muy atrás, el Ferrari de Arnoux se rompió muy pronto, y el Renault de Alain Prost no resistió mucho más.
Frialdad
Piquet, a partir de ese momento, ya no necesitaba ni siquiera ganar. Con sus rivales fuera de carrera, al brasileño le bastaba terminar entre los cuatro primeros para alzarse con su segundo campeonato. Pero una avería en su coche le apartaría del título para entregárselo a Prost. Con enorme frialdad, Nelson Piquet bajó su ritmo y se dedicó, durante unos minutos que para él debieron ser eternos, a cuidar su coche para llevarlo hasta la meta.
Le rebasó entonces su compañero de equipo, Patrese, y poco después también lo hizo Niki Lauda, lanzado hacia lo que parecía que podría ser la primera victoria del sorprendente motor Porsche Turbo, recién montado en su McLaren. Pero una estúpida avería en el sistema eléctrico dejó a Lauda fuera de carrera cuando sólo faltaban cinco vueltas. Ya casi al final, cuando Lauda ya había desaparecido, Piquet se dejó adelantar por De Cesaris. Por detrás de Patrese, De Cesaris y Piquet cruzó la meta el británico Derek Warwick (Toleman), el finlandés Keke Rosberg (en la primera carrera de su nuevo Willimas con motor Honda Turbo), y el norteamericano Eddie Cheever (Renault).
El brasileño fue campeón del mundo desde el primero hasta el último instante de la carrera. No dio opción cuando se colocó en cabeza en la primera parte, para ganar el título como un campeón rápido y arriesgado. Luego, ya sin rivales, supo cuidar su máquina y pilotar más cerebralmente, aún a costa de ceder a la tentación de ganar una . carrera que tenía a su alcance. Demostró, así, ser un piloto completo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.