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Después de una violación, las relaciones sexuales producen angustia y asco, afirma la psiquiatra Carmen Sáez

Amelia Castilla

"El síndrome de la violación es una crisis. en la que el tema sexual se convierte en una espada de Damocles". Esta es la opinión de Carmen Sáez, coordinadora M Hospital de Día, dependiente de Psiquiátrico Provincial. "Las posibilidades de recuperación dIspués de una agresión semejante dependen de la estructura de la personalidad de la persona afectada y de la relación social que mantenga", añade la doctora. "Habitualmente, por lo menos durante un tiempo, la mujer no puede mantener relaciones sexuales, porque le producen angustia y asco".En los momentos Imediatamente posteriores a una violación, los sentimientos de la víctima se manifiestan, o bien de una forma tumultuosa, con expresiones incontenibles de llanto y gritos, o con una falta total de reacción, en la que es frecuente el recogimiento y la inhibición, según la misma psiquiatra.

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Durante el período de crisis, que cualquier mujer atraviesa después de haber sufrido una agresión sexual, se producen dos fases diferenciadas, señala Carmen Sáez. Por un lado, lo que se puede denominar reacción inmediata, en la que son frecuentes los trastornos físicos -especialmente en los casos en que la violación ha ido unida a la agresión-, caracterizados por pérdida del apetito, náuseas y trastornos del aparato genito-urinario. Esta fase puede tener una duración de dos o tres semanas. La segunda etapa, denominada médicamente período de reorganización, se caracteriza por la aparición de pesadillas, en las que se sueña con la agresión y con el agresor, y frecuentes situaciones de fobia, que no se pueden controlar.

"Es frecuente", dice Carmen Sáez, "la aparición de sentimientos de persecución, así como las claustrofobias. y agorafobias". (horror a los lugares cerrados y a los espacios muy abiertos, respectivamente).Es común que este estado tenga una duración de dos o tres meses, e incluso más. Como secuelas características, son de destacar el miedo a pasear en solitario de aquellas mujeres que han sido violadas en la calle, y el pánico a encontrarse solas en casa, si la agresión se ha producido en el interior de ésta.

"Es fundamental en estos casos", aseguró la doctora, "que todas las mujeres que son violadas acudan a denunciar el hecho a la justicia para que no queden imnpunes las agresiones, y que se presenten cuanto antes en un centro de asistencia para ser reconocidas, puesto que en una situación de abandono las secuelas son mayores".

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